El ejercicio de terapia de pareja que puede mejorar tu relación: "Puede darle un vuelco positivo"

Al inicio de una relación tendemos a cuidar a nuestra pareja a escala grande y pequeña. No se escapa una fecha de cumpleaños o un aniversario, pero también se miman otros momentos aparentemente menores que hacen más feliz el día a día.

Aunque parece que es una cuestión de personalidad -ser o no detallista-, los terapeutas de pareja explican que tiene que ver más con el momento de la relación. Independientemente de la edad que tengamos, la fase de enamoramiento dura un máximo de tres años. En ese tiempo, el cuidado en la relación alcanza sus cotas máximas. Después, va disminuyendo: tendemos a preservar menos lo bello del vínculo y nos fijamos más en lo negativo. Es algo tan natural como la evolución de la especie humana.

La importancia del sesgo negativo

Nuestra especie ha conseguido prosperar gracias a saber identificar y anticiparse a las amenazas que ponían en riesgo su seguridad. Esto implica que ante una situación con posibles beneficios y posibles riesgos, hombres y mujeres solemos priorizar lo negativo. Esa predisposición llega hasta nuestros días e impacta en algo tan íntimo como la vida de pareja.

Es una de las razones por las que, con el tiempo, vamos a normalizar los buenos hábitos o comportamientos de nuestra pareja y, en cambio, vamos a destacar todo aquello que no nos gusta. En este punto, hay dos opciones: hacer un inventario diario de todo aquello que nos resulta insatisfactorio (y que suele achacarse a la mala evolución de la relación) o tener la voluntad de querer disfrutar de un vínculo sano, sin atisbos tóxicos.

Cuando priorizamos lo negativo, es habitual hacer un inventario diario de agravios

Solo lo bueno

Para recuperar el nivel de dedicación y cuidado de los primeros años, algunos terapeutas de pareja recomiendan hacer un sencillo ejercicio: cada miembro de la pareja debe anotar durante, al menos, una semana aquellos aspectos del otro que les resulten más reconfortantes, así como los pequeños gestos que hagamos por la otra persona.

Al cabo de esa semana, cada uno compartirá en voz alta cada una de esos instantes y de esas emociones. Descubriremos que muchos de esos gestos no son necesariamente románticos o amorosos; sin embargo, predisponen a que la relación fluya.

Los pequeños gestos de cuidado hacia el otro muestran la voluntad de que la relación prospere

En positivo

Esta terapia de pareja es tremendamente eficaz porque permite liberarse de expectativas y comparaciones (siempre odiosas) respecto a la etapa de antes (la del enamoramiento) y al momento actual de la relación. Marca el aquí y el ahora del vínculo y deja de lado el famoso sesgo negativo que nos hace priorizar los aspectos menos agradables de la relación.

Según señalan los expertos, un solo detalle que refleje que hemos dedicado tiempo y cuidado a esa otra persona activa la relación. Y, lo más importante, es el testigo de que tenemos la voluntad de que la relación sea buena y fructífera para las dos partes. Preparar un café, comprar su fruta favorita o regalar algo insignificante pero valioso para nuestra pareja son pequeños gestos de amor que hablan de la importancia del vínculo y de la voluntad de que siga existiendo, robusto y bueno.