Las relaciones al igual que las personas se transforman, evolucionan y, entre dos seres diferentes esos cambios pueden no empatar. Descubrimos, a continuación, de qué modo puede cambiar el vínculo afectivo y sexual en edades maduras y qué hacer ante los miedos e inseguridades venidas con la edad tanto personalmente como en pareja.
Aproximadamente el 50% de los matrimonios en nuestro país se separan. Es lo que nos viene a decir el informe de Transformación y crisis de la institución matrimonial en España del Observatorio Demográfico CEU (2023), aunque esa cifra desciende con los años debido a que menos parejas se casan. El indicador coyuntural de divorcialidad (número medio de veces que un individuo se divorciaría a lo largo de su vida) es del 31% en 2011 hasta llegar al 24% en 2022.
Sobre vínculo afectivo, en el trabajo Desgaste emocional en la convivencia afectiva de pareja, se especifica que la pareja puede componerse de: sistema sexual, apego y cuidados de uno al otro para satisfacer las necesidades individuales (Zapiain, Ortiz, y Lope, 2012). Pero, algunas problemáticas como comunicativas, entre otras, pueden llevar a un deterioro y dejar secuelas psicológicas, físicas o sociales (Flores, 2011; Isidro de Pedro y Peñil, 2014).
Considerando que la pareja es un conjunto de amor, complicidad, sexo..., se puede entender de estudios como el Ayuso Sánchez y García Faroldi (2014) sobre sexualidad, dentro del informe Satisfacción general y sexual con la relación de pareja en función del género, que el 52,8% de los hombres y el 39,4% de las mujeres consideran que ser feliz va directamente relacionado con llevar una vida sexual activa.
Pablo de 45 años, considera que es fundamental pasar tiempo a solas con la pareja para reconectar, especialmente cuando se tienen hijos o un círculo social activo. “Aunque disfrutamos mucho del tiempo en familia y con amigos, esos momentos a solas son irremplazables porque somos compañeros de vida. Compartimos tiempo con los hijos para educarlos y disfrutarlos, tiempo con amigos para desconectar, pero ese espacio privado es lo que fortalece nuestro vínculo y nos permite afrontar juntos los retos diarios”, afirma.
Señala que ser honesto en la relación pasa primero con serlo con uno mismo antes. Para él esa honestidad les da la oportunidad de crecer, de conocerse más y de disfrutar realmente de la vida en pareja.
En la etapa vital en la que se encuentran y tras más de 25 años juntos, piensa que todo lo que han pasado los ha llevado a forjar una base sólida en la que hablar de todo sin miedo ni juicios ni arrepentirse de lo no dicho. “Entendemos mucho mejor las necesidades del otro. Esa libertad es uno de los grandes regalos de nuestro camino juntos”, comenta Pablo.
Entiende que en la etapa en la que están son conscientes de que nada es para siempre. “Todavía podemos hacer planes, aunque, también somos conscientes de que la clave está en vivir nuestros sueños, no en soñar nuestra vida. Hablar abiertamente de nuestras necesidades, tanto en lo emocional como en lo físico, es esencial. Se trata de aprovechar el tiempo que tenemos para construir una relación en la que ambos nos sintamos plenos”, sostiene.
Irene Del Moral Grau, psicóloga clínica sanitaria y fundadora de EREA, aclara que es totalmente normal que las parejas experimenten cambios en su conexión emocional y sexual a medida que se acercan a los 50. “Muchas parejas pueden experimentar una disminución en la frecuencia sexual y en la fogosidad a medida que pasan los años”, responde.
Factores como, la rutina, el envejecimiento, los cambios hormonales (como la menopausia en las mujeres o la disminución de la testosterona en los hombres), el estrés laboral o las preocupaciones familiares y sobre la salud, pueden influir en esas modificaciones y en la forma en la que se expresa el afecto.
Sin embargo, recalca que el que el sexo disminuya no tiene por qué implicar una pérdida de intimidad. “En esta etapa de la vida, en muchas parejas, la conexión emocional, el cariño y la comunicación se fortalecen y eso puede llevar a disfrutar de la sexualidad”, apunta. Para ella, no hay que compararse con etapas anteriores, sino enfocarse en una adaptación a los cambios y redescubrir nuevas formas de intimidad y placer. Aconseja centrarse en la calidad de las relaciones y la intimidad emocional. “El sexo tenemos que asociarlo al juego, placer, disfrute y no a la obligación”, expresa.
Del Moral recuerda que la clave de todo se encuentra en la comunicación y en poner sobre la mesa cómo nos sentimos cada uno, sin recriminaciones: “Solemos pensar que quien tiene el problema es el que tiene menos deseo y eso no es así. Se trata de un problema conjunto”.
Para revertir la situación, la experta invita a las parejas a:
No es lo mismo la etapa del enamoramiento que la del amor, como nos cuenta Patricia Illa, psicóloga y sexóloga de Platanomelón y ofrece algunos puntos para fortalecer la relación de pareja, más de cara a estas fechas tan familiares que llegan.
“Al comienzo de la relación se da más deseo por la etapa del enamoramiento, pero dura solamente entre 1 y 3 años. Sentimos mucha necesidad de vincularnos íntimamente y de generar complicidad con la otra persona”, explica.
La etapa del amor es más racional y profunda. “La frecuencia y la satisfacción sexual disminuyen cuando el vínculo ya está consolidado y las necesidades emocionales quedan cubiertas”, expone.
En una relación consolidada, la profesional apuesta porque la pareja tenga en cuenta varias ideas:
Illa advierte que al llevar tiempo en una relación es necesario definir nuestro propio concepto de sexualidad e intimidad ya que el cuerpo cambia y el deseo y la relación también.
La comunicación mejora la sexualidad en pareja. Esta sexóloga manifiesta que cuanta más comunicación emocional y sexual tenemos (tanto antes como durante el sexo), mejor calidad y satisfacción en la relación y en la sexualidad, tanto individual como conjunta. Algunos beneficios son que: impulsa la excitación o genera complicidad.
La especialista señala que es esencial hablar de la evolución de la relación, pues seguramente en un inicio eran unas personas y después otras diferentes e incide en: