Si de algo está sobrada la geografía española es de castillos, puentes e iglesias, muchos de ellos excepcionalmente bien conservados. En ese sentido, una de las construcciones más imponentes la podemos encontrar en Soria. En su momento fue el castillo de Al-Andalus más temido de la cristiandad y una de las posiciones estratégicas más codiciadas. Hoy aún permanece como la fortaleza califal más grande no solo de España, sino de Europa: se trata del castillo de Gormaz.
Esta colosal fortaleza fue levantado por los árabes a orillas del río Duero en el año 956 sobre algún castro romano o edificación visigoda. Probablemente se eligiera esta ubicación por la existencia de un vado, un paso natural, cuando el río fue frontera entre los reinos peninsulares. Desde lo alto del cerro, y con un perímetro de 1.200 metros de longitud, el castillo garantizaba el control de la zona. Durante cien años fue tomado y retomado por moros y cristianos en incontables ocasiones.
El fortín está perfectamente adaptado al perfil de la cumbre donde se asienta. Se fabricó en sillería con dos recintos separados por un foso. Un conjunto de siete torres destacan la preeminencia de la construcción. Un segundo recinto con paredes de diez metros de altura, era el lugar que ocupaban las tropas, las caballerizas, el almacén de artefactos de guerra y una alberca con agua para surtir a los huéspedes de la fortaleza. Más de 20 torres refuerzan la defensa de la fortaleza construidas con el mismo aparejo que los paños entre torres, a soga y tizón.
La fortaleza cuenta con varias puertas entre las que destaca por su composición la denominada Puerta Califal, gracias a su bonita estructura de arco de herradura que abre el vano de acceso enmarcado por un alfiz. En los muros del castillo se reutilizaron estelas funerarias a las que la tradición ha atribuido un carácter mágico.
A los pies del castillo está el pequeño pueblo de Gormaz, que también cuenta con interesantes elementos patrimoniales. Por ejemplo, en una de las laderas de la fortaleza está la Ermita de San Miguel, que tiene un aspecto exterior humilde pero que alberga en su interior un valioso repertorio pictórico del Románico hispano. Está declarada Bien de Interés Cultural.
Además, en el pueblo destacan otras iglesias como la de San Juan Bautista (XVII) con su pila bautismal románica, y la de Santiago, donde se ubica el cementerio del pueblo.