Imagina un inmenso espacio arbolado en el centro de una gran ciudad al que solo pudierais acceder tú... y tu llave. Solo disponible para ti y para los (pocos) afortunados que, como tú, pueden abrir la cancela, entrar y salir libremente para disfrutar de ese paraíso verde en medio del tráfico y el bullicio.
El parque existe y pertenece a uno de los lugares secretos de Nueva York, la ciudad turística por antonomasia que, sin embargo, conserva enclaves especiales, literalmente al alcance de muy pocos. En este caso solo de los 400 vecinos que tienen el privilegio y el poder adquisitivo suficiente como para vivir en esta parte de Manhattan.
En el barrio más rico del mundo se ubica Grammercy Park, un parque privado al que solo tienen acceso los vecinos de los edificios que se levantan a su alrededor. Los propietarios de estas casas tienen llaves para poder abrir sus puertas y pasear por él. El resto, solo podremos verlo desde fuera porque nadie que no sea propietario o que esté acompañado por un vecino puede entrar a descubrir sus secretos.
El parque está rodeado por un grupo de edificios clásicos típicos de Manhattan. La estética del barrio Gramercy Park no ha cambiado casi en los últimos 80 años, cuando los herederos de las grandes familias de New Amsterdam, el primer nombre de la Gran Manzana, empezaron a establecerse. Según se cuenta, los primeros propietarios de las viviendas tenían unas llaves de oro para entrar en el parque.
Entre esos primeros vecinos figuraban el millonario Vincent Astor, el alcalde James Harper y el inventor Thomas Alba Edison. En la actualidad, en el barrio viven Uma Thurman, Kate Hudson, Alec Baldwin, el cantante Rufus Wainwright o miembros de la alta sociedad, como la interiorista CeCe Barfield Thompson, cuya terraza, como muestra en sus redes, da al parque. Todos los vecinos del exclusivo vecindario siguen teniendo las codiciadas llaves, aunque en estos tiempos no son de oro.
El barrio de Gramercy Park se caracteriza por la tranquilidad de sus calles. Se puede pasear por él y admirar la arquitectura de principios del siglo XX. Para quien no viva en la zona y quiera disfrutar del privilegio de entrar la parque, hay dos maneras de hacerlo: ser amigo de uno de los residentes o alojarse en el hotel Gramercy Park Hotel, que cuenta con varias de estas llaves disponibles para algunos de sus clientes.
Como es de imaginar, el hotel no está al alcance de todos los bolsillos. No en vano, estamos en el barrio más caro de Nueva York, para muchos la capital del mundo. Aún queda una tercera manera: un día al año el parque está abierto al público. ¿Qué día? No es posible saberlo, ya que se anuncia con poco tiempo de antelación para evitar las aglomeraciones. El afortunado que consiga acceder al parque sin llave, en ese día de puertas abiertas, puede disfrutar de un paraje que la mayoría de los neoyorkinos ni siquiera sabe que existe.