En España contamos con un patrimonio cultural, geográfico y gastronómico ingente del que quieren participar los extranjeros. En 2019 se batió el récord de turistas con 66,9 millones, un volumen que ya se está recuperando tras el parón de la pandemia con los 55,9 millones de turistas desde septiembre de 2021 hasta septiembre pasado. En Uppers hemos comprobado cómo la prensa internacional promueve este crecimiento turístico dando a conocer cuál es el pueblo más bonito de España según la revista The Times.
El artículo en cuestión está firmado por Chris Haslam y lo titula Los 20 pueblos más bonitos de España, una selección de “enclaves junto al mar, aldeas secretas en gargantas y lugares pintorescos de los Pirineos”. Para elaborar esta lista de lugares desconocidos y pintorescos de nuestro país se ha guiado por la Asociación Los Pueblos más Bonitos de España, que agrupa a poblaciones que reúnen una serie de características o requisitos.
Son poblaciones con menos de 15.000 habitantes, cuentan con un patrimonio arquitectónico o natural certificado, han desarrollado una política para la conservación de las fachadas o está controlada la circulación de vehículos, entre otros muchos aspectos. Además, pertenecer a esta organización implica contar con un sello de calidad que sirve como referente nacional e internacional de cara al turismo rural y la conservación del patrimonio.
Entre los pueblos que pueden presumir de contar con este sello, el más bonito de todos, según la Asociación y del que se ha hecho eco la revista The Times, es Agulo en La Gomera. Se trata de uno de los enclaves más pequeños y antiguos de esta preciosa isla canaria. Su ubicación geográfica y su fuerza topográfica le convierten en un balcón natural para disfrutar de la isla de enfrente cuando la bruma del mar lo permite: Tenerife con su volcán El Teide.
El casco antiguo de Agulo es uno de los que mejor se conserva de todo el archipiélago canario y del pasado colonial con sus estrechas calles empedradas y sus casas típicas. Estas construcciones de blancas, rojizas o amarillas fachadas hacen contraste con puertas y ventanas de madera pintadas en azul o granate. También cuenta con la Iglesia de San Marcos, que en 1607 se levantó como una primitiva ermita para transformarse más tarde en un lugar de culto mucho más grande, aunque a comienzos del siglo XX se derribó para construirse el actual templo de estilo neogótico.
Angulo está en un pequeño valle que acaba en el Océano Atlántico: a dos de sus lados se elevan las montañas y al otro la pendiente se suaviza en terrazas para el cultivo, hasta alcanzar una playa de piedras negras donde el mar se desahoga con fuerza. La gastronomía del lugar también es muy solicitada por conservar las recetas de antaño a partir de la papa, el ñame o el berro, con platos típicos como los potajes, la carne de cabra o de cochino, el mojo picón o el almogrote, una pasta para untar, elaborada fundamentalmente con queso de cabra curado y aderezado.
Desde esta localidad parten distintas rutas que se pueden hacer a pie, algunas con bastante dificultad, hasta el Parque Nacional del Garajonay. En su artículo en The Times, Chris Haslam advierte de que algunas de estas caminatas pueden llegar a ser “andinas”, al igual que afirma que Agulo, con su ubicación geográfica y el terreno convertido en terrazas por sus habitantes para el cultivo le recuerda a lugares lejanos de Perú.