Camino de Santiago: esta es la regla del 10% para preparar la mochila perfecta

El Camino de Santiago es una aventura emocionante que millones de personas deciden emprender cada año. Una de las partes más importantes de este viaje es la preparación de la mochila, ya que llevar todo lo necesario hará que el recorrido sea más cómodo y agradable. A continuación, te presentamos algunos consejos para prepararla adecuadamente.

En primer lugar, es importante planificar el itinerario y conocer las etapas que se van a realizar. De esta forma, se podrá calcular la duración del viaje y la cantidad de ropa y artículos que se necesitan llevar en la mochila. Recuerda que, en el Camino de Santiago, menos, es más, así que hay que llevar solo lo esencial.

Este viaje promete ser una aventura llena de conexión espiritual, aprendizaje y vivencias inolvidables, pero para disfrutarla al máximo necesitas aligerar cargas y recorrer el camino lo más cómodo posible. ¿Cómo conseguirlo? La regla del 10% para preparar tu mochila es la alternativa ideal para llevar únicamente el peso que puedes soportar. Así no se convertirá en una cruz en tu espalda.

Para llevar a cabo esta regla a la hora de preparar tu equipaje, debes intentar que tu mochila lleve el 10% del peso total de tu cuerpo. De este modo, podrás cargarla sin problemas a lo largo de toda la ruta. Ahora bien, ¿qué debes guardar para hacer tu peregrinación?

La regla del 10%

Partiendo de prendas ligeras, funcionales y accesorios útiles llenarás tu mochila siguiendo este principio que evitará que sientas dolor de espalda a medida que recorres la ruta elegida, y podrás prevenir que se haga cada vez más pesada. Una vez lista tu mochila para el Camino de Santiago, el único peso extra del que deberás preocuparte es el que representan las provisiones de comida y bebida para cada día que, por supuesto, irás consumiendo mientras avanzas por lo que la carga será cada vez más ligera.

Un punto muy importante que no puedes olvidar es el tipo de mochila que elegirás para guardar tu equipaje y no solo debes enfocarte en que sea bonita, cómoda y resistente también debes cuidar que cubra tus necesidades como peregrino. Estas necesidades se determinan por la cantidad de ropa y accesorios que quieres llevar a la aventura, así que debes definir qué llevarás al peregrinaje antes de elegir la mochila perfecta para ti.

Sin duda, el Camino de Santiago es una experiencia que todos deben disfrutar por lo menos una vez en la vida y con la regla del 10% preparar tu mochila de viaje será una labor simple y divertida.

Si nos excedemos con el peso que llevamos en la mochila sobrecargaremos la espalda y en consecuencia se nos cargarán más las piernas al caminar (acuérdate de que las etapas se encuentran en una media de entre 20 y 30 km, con cuestas en muchas ocasiones) y los pies sufrirán más. Es habitual ver en el Camino peregrinos noveles con demasiado peso en la mochila, lo que a la larga les acaba pasando factura, viajando menos ligeros y en definitiva, disfrutando menos de esta experiencia; ¡sé prevenido y que no te pase como a ellos!

¿Qué meter en la mochila?

  • Calzado: Es el punto más delicado. Es imprescindible llevar un calzado apropiado. En las tiendas de deportes se puede encontrar el de trekking, el más adecuado para las caminatas.
  • Pantalones de media montaña: Es importante que estén usados. Prácticos y cómodos. Se usarán para caminar todos los días. Puede ser una buena idea llevar un impermeable para los pantalones por si algún día la lluvia hace acto de presencia.
  • Pantalón corto: En verano se puede emplear para dormir, para caminar durante algún tramo los días de más calor e, incluso, para pegarse un chapuzón en cualquiera de las piscinas o ríos.
  • Sudadera o jersey: Cómodo, que pese poco. Prestará buen servicio los días más fríos, pero no hay que olvidar que habrá que cargar con ella en los días de más calor.
  • Dos camisetas: La que se lleva puesta más otra de repuesto.
  • Tres o cuatro pinzas para secar la ropa: Pueden llegar a ser muy útiles.
  • Tres pares de calcetines sin costuras.
  • Chanclas: Imprescindibles para emplear en las duchas de los albergues y para descansar los pies de las largas caminatas.
  • Cepillo y pasta de dientes.
  • Desodorante.
  • Saco de dormir: Si el Camino se realiza en invierno, conviene acudir a la cita con un buen saco de dormir especialista en soportar bajas temperaturas. Si el Camino se realiza en verano debería resultar suficiente cargar con un saco ligero.
  • Esterilla: Puede que en alguna etapa toque dormir al aire libre.
  • Toalla especial: En las tiendas especializadas en deportes venden toallas de secado rápido. Además de no ser un producto muy caro, estas toallas apenas pesan, lo que se agradecerá a la hora de continuar la marcha.
  • Vaselina: Aplicar una pequeña cantidad de vaselina en los pies antes de cada jornada ayudará a evitar la aparición de las siempre incómodas ampollas.
  • Detergente para lavar la ropa.
  • Funda de almohada: Imprescindible.
  • Protección solar: Cuidar tu piel es esencial.
  • Documentación: DNI, tarjeta sanitaria (en el caso de los peregrinos extranjeros, la tarjeta sanitaria europea) y bancaria. También es conveniente andar siempre con algo de dinero en efectivo encima.
  • Chubasquero: Imprescindible para que no sorprenda un chaparrón de imprevisto
  • Teléfono móvil y cargador: Llevar un teléfono móvil puede ser una ventaja o un lastre. Hay caminantes que se dedican a mirar para la pantalla de su teléfono en lugar de a los paisajes que los rodean. Sin embargo, caminar con un teléfono móvil puede ser de gran ayuda en el caso de que alguien se vea inmerso en una emergencia.
  • Credencial: El documento que acredita a la persona como peregrina. Imprescindible para dormir en la gran mayoría de los albergues. En algunos locales es necesario mostrarla para beneficiarse de los descuentos para peregrinos.
  • Navaja multiusos: te será muy útil, por ejemplo, a la hora de comer.