No hace falta viajar hasta el Desembarco del Rey para ver a un dragón. Eso sí, uno dormido y convertido en piedra, así que tampoco te esfuerces en decir 'dracarys'. Pero lo cierto es que muy cerca de Madrid encontramos esta formación rocosa que, a simple vista, puede parece el enorme dorso de un dragón tendido sobre la cordillera que separa las dos Castillas.
Cuenta la leyenda, ampliamente difundida entre los lugareños, que en su búsqueda de la fuente de la eterna juventud que un dragón herido llegó desde Capadocia hasta el lago Baofeng, donde un anciano pescador le contó la historia que había recibido de sus abuelos: la codiciada fuente se encontraba en una cueva de granito entre los pinares de lo que hoy conocemos como Cercedilla. En el interior de la cueva, según e anciano, se encontraban tanto la legendaria fuente como la veta de cristal de cuarzo más pura. Por supuesto, se trataba de un engaño para capturar para siempre al dragón y cuando bebió de las aguas de la supuesta fuente se transformó en roca. Picaresca legendaria española.
Mitología popular aparte, en las Crónicas medievales de Alfonso X “el rey sabio” se denomina a esa región del Guadarrama la “Sierra del Dragón” precisamente por esta curiosa historia y aunque a día de hoy la conozcamos, lo habrás adivinado, como el macizo de Siete Picos. Un complejo rocoso que semeja los pinchos del dragón tendido y que forma parte de una ruta circular de unos 11 km. que se puede realizar cualquier día.
Los dragones, como se sabe, seres mitológicos cuyo primer rastro se puede encontrar hace al menos 5000 años en la cultura china, aunque su nombre en castellano etimológicamente proviene del latín 'dracos', que quieres decir serpiente o reptil pero también vigilante. Es por eso que en muchas leyendas alrededor del mundo la figura del dragón siempre está asociada a algo, un ser que vigila o espera la oportunidad de su retorno.
De momento, eso sí, ignoramos si el dragón que duerme 'vigilando' Cercedilla, tiene planes de levantar cabeza. Pero lo cierto es que se le puede vistar y recorrer cada uno de sus siete picos a menos de una hora de Madrid.