Las agencias que viajan a países no seguros: "Si piensas que la aventura es peligrosa, la rutina es mortal"

En sus últimas recomendaciones el Ministerio de Exteriores de España te pide, prácticamente te ruega "encarecidamente" que no vayas a determinados países. Se trata, en su mayoría, de zonas de conflicto que, no hace falta ser muy lince para darte cuenta, pueden representar un peligro para tu propia seguridad. Entre ellos, Yemen, República Democrática del Congo, Siria, Irak, Afganistán o, más recientemente y por razones obvias, Ucrania, Palestina, Rusia e Israel.

Si embargo, solo hace unos días tres turistas españoles -un hombre y dos mujeres, madre e hija- morían cuando se encontraban de compras en un bazar de Bamiyán, en uno de esos países, Afganistán, a manos de terroristas de El Estado Islámico quienes justificaron su ataque por tratarse de "turistas cristianos e infieles". Ante este la pregunta que surge es ¿por qué hay agencias de viaje españolas que todavía ofrecen destinos como Afganistán entre sus planes -para algunas es el principal destino- mientras te venden la experiencia de convertirte "en un verdadero viajero intrépido"?

Entre la temeridad y el sentido común

El caso es que las recomendaciones del Gobierno no son vinculantes, es decir, solo son recomendaciones. En otras palabras no puede prohibir a ningún turista que vaya a dónde su espíritu "intrépido" quiera llevarle. Y es ahí donde entran en juego las agencias. "En 2021, los estadounidenses se retiraron y los talibanes volvieron a tomar el poder, y ese es el episodio que vas a presenciar en esta expedición", señalan algunas.

En un informe de Amaya Larrañeta para 20minutos.com, Gonzalo Sáenz de Santamaría, responsable de la agencia Phototravel, dice que "si no fuéramos a donde Exteriores dice que hay problemas, no viajaríamos a ninguna parte del mundo". Y agrega: "Yo voy muchísimo a Papúa Nueva Guinea, y a Etiopía, donde no recomiendan ir, pero tiramos de guías de altísima experiencia". Esta misma semana, el fotógrafo catalán Toni Espadas, moría asesinado en un "complejo" atentado precisamente en Etiopía, país en el que trabaja desde hace 13 años, cuando acompañaba a un equipo de la televisión chilena. El objetivo del programa, llamado 'Socios del mundo', es "descubrir nuevas y lejanas culturas, revelar exóticos y bellos paisajes, y vivir grandes aventuras".

Problemas de origen

El turismo es una industria que genera empleos, fomenta el conocimiento y estimula el desarrollo de algunas regiones. Pero también es un invento occidental y blanco por el que el propuesto intercambio cultural suele quedarse en extractivismo, en pulseritas 'típicas' de colores, en recuerdos de Instagram. Y cuando se trata de ciertos destinos "exóticos" se queda en, como diría Julián Rodríguez, "unas vacaciones baratas en la miseria de lo demás". En ese sentido, el turismo puede ser una actividad arrogante e hipócrita que, cuando mucho, le procura al turista 'bien intencionado' experiencias que pueden ser trascendentes para él mismo, pero nunca para la "gente increíble" que lo acoge durante unos minutos u horas.

En cuanto a la idea de viajar a zonas de conflicto, para cuyo entendimiento se requieren años de estudio e investigación y no solo saberse el argumento de la película Rambo III, parece ser una cúspide de esa industria tan a menudo superficial y consumista.

Hay un documental israelí llamado 'War matador' (2011) que recoge parte del delirio del llamado 'turismo de guerra'. Rodado en enero de 2009, durante una de las anteriores etapas de la Guerra de Gaza, la sinopsis dice así: "Las bombas están registradas a la distancia, fuera de foco y en planos muy lejanos: el punto de vista del turista. El impacto de las bombas a la distancia es silenciado, razón por la cual la oposición visual entre primer plano y plano general lleva la atención hacia las palabras que se dicen, directas y sin compasión. El resultado de su viaje es un ensayo inquietante sobre la guerra y el turismo, un viaje surrealista y absurdo. Como si fuera una plaza de toros, Gaza es retratada en una corrida con su Matador y su Toro; un ciclo en el cual victimario y víctima combinados no ofrecen respuestas ni decisiones, excepto la adicción del hombre al mito del poder y su continua gravitación hacia los rincones más oscuros del alma".

Post data

En otro documental 'Grizzly man' (2005), Werner Herzog traza lo que la prensa ha llamado 'un retrato de la idiotez' o 'un relato inquietante y provocador de obsesión, bravuconería y autoinvención'. Resumámoslo así: durante 13 años Timothy Treadwell -un activista, camarero, y actor ocasional ex-alcohólico- convivió con los osos grizzly en Alaska. Durante todo ese tiempo documentó su 'convivencia' con los osos y registro cientos de horas explicándose y explicándonos 'la naturaleza' de estos animales de 500 kg de peso y 2m de altura cuando se yerguen. Tras más de una década entre los osos y de sentirse "uno de ellos", estos se lo comieron a él y a su novia. El piloto que iba a buscarlos encontró el brazo de Treadwell con su reloj de pulsera funcionando y a un oso comiéndose los restos de su caja toráxica.

El turismo español a zonas de conflicto es minoritario: los destinos preferidos por los turistas españoles siguen siendo Italia, Francia y Alemania.