El camping más bonito de Europa está en España

Decía el gran Roberto Bolaño que "el oficio que mejor he desempeñado fue el de vigilante nocturno de un cámping cerca de Barcelona". Según el escritor, no era solo porque "nunca nadie robó mientras yo estuve allí" sino por la cantidad de historias increíbles que se pueden cosechar en sitios como esos. Para muestra, un botón: se dice que el protagonista de 'Soldados de Salamina' lo sacó Javier Cercas de una de las historias que le contó Bolaño sobre uno de los 'personajes' que pasaba todo el verano en el camping catalán 'Estrella de Mar', donde el chileno era segurata.

Todo esto para decir que los campings son espacios en los que convergen de manera inusual la naturaleza y el ocio, pero también la sensación de lo colectivo y de lo efímero. En ese sentido son como la infancia: es algo a lo que siempre podemos volver. También son espacios por naturaleza populares (digan lo que digan los defensores del "glamping"). Se dice que la cultura del camping empezó en España en la década de los años 50, cuando las primeras familias se aventuraban a instalar sus tiendas de campaña en la costa.Pero no fue hasta bien entrados los 60 que empiezan a establecerse los primeros campings en nuestro país, al principio como meros puntos acondicionados para la instalación de las tiendas, a los que poco a poco se fueron añadiendo diferentes servicios.

Hoy hay campings de todo tipo (y de muchos precios) en nuestro país, y en muchos casos su fama trasciende nuestras fronteras. Así, para la guía 'Cool Camping Europe', el Camping La Fresneda es una 'pequeña pieza del paraíso en la tierra" perfectamente adaptada "para vivir una experiencia totalmente española". Y no tiene ni piscina ni bungalows.

Se trata de 24 parcelas ubicadas de manera envidiable, entre los pasajes naturales más atractivos de la comarca de Matarraña, con la Reserva Nacional de los Puertos de Beceite a tiro de piedra, y el precioso pueblo de Fresneda, que se precia de tener una de las gastronomías más exquisitas de la región.

En La Fresneda, las campistas encuentran un abanico de actividades relacionadas con la aventura y la vida natural: desde senderos y rutas de trekking por la zona, hasta parajes en los que disfrutar de la pesca o simplemente el baño en sus arroyos cercanos. Parte de los servicios del propio camping incluyen un bar-restaurante, pistas de pádel, y atracciones para los más pequeños.