El vino es una de las bebidas más consumidas alrededor del mundo. En diversos países, por lo general, el consumo de vino es algo del día a día, y son muchas las personas que lo consumen, ya que es prácticamente parte de su cultura y de sus costumbres.
Si eres un amante de la cultura del vino, seguro que en alguno de tus sueños aparecía una fuente de la que poder servirte una buena copa de vino tras un paseo y, además gratis. ¿Verdad que sonaría demasiado bien para ser real? Pues ten cuidado con lo que sueñas, porque se ha hecho real. Desde finales del 2016 al sur de Italia, en la ciudad de Caldari de Ortona para ser más precisos, se inauguró oficialmente una fuente que sirve vino tinto ¡las 24 horas!
En realidad, la fuente existe gracias a una asociación con la organización sin fines de lucro que dirige el Cammino di San Tommaso, una peregrinación de 140 millas desde Roma hasta Ortona, el lugar de descanso final de Santo Tomás. Convirtiéndose en una excelente idea para refrescar a los peregrinos.
La idea fue implementada por el viñedo local Dora Sarchese para disfrutar del Montepulciano d’Abruzzo producido a partir de la uva autóctona montepulciana. El arquitecto Rocco Valentini fue quien se encargó de diseñar esta maravilla del mundo moderno a la que cualquier verdadero amante del vino y/o peregrino podrá tener acceso.
Lo único que tienes que hacer para poder probar el delicioso “elixir” es llevar tu propio vaso, copa o botella para servirte un poco y disfrutar de esta fuente de ensueño en cualquier momento del día y cualquier día de la semana.
El reputado arquitecto Rocco Valentini ha sido el encargado de diseñarla. No se trata solo de un punto para beber, sino una pieza de arte moderno con un cuidado diseño, gracias a su trabajo. Una vieja barrica le sirvió de inspiración. La abrió, hizo una rampa con los ejes por fuera, colocó una piedra y la obra ya estaba lista. Fue bautizada como Fontana del Vino y ofrece este magno caldo las 24 horas del día y los siete días de la semana.
La estructura está hecha de materiales renovables y reciclados, pues la piedra que funciona como un recipiente donde se va el agua o el vino que se derrama proviene de Maiella (una zona montañosa de los Apeninos de Abruzzo), el barril de la estructura fue reutilizado y las partes metálicas para servir el vino también fueron rescatadas de una máquina, por lo que la fuente no costó ni un euro, solo se tuvo que pagar el costo de la mano de obra.
Dentro del barril hay un crucifijo que fue un regalo hecho por un sacerdote que bendijo la fuente. También está escrito en italiano un letrero muy especial en color blanco sobre las tablas de madera que significa “Bebe vino porque tú no sabes de dónde vienes, sé feliz porque no sabes a dónde vas”.
Como en todas las fuentes, también ésta tiene un “pozo de deseos”, aunque en realidad se trata de una botella donde puedes lanzar una moneda de tu país de cualquier denominación y pedir un deseo, si éste se cumple algún día deberás regresar a la fuente.
Muchos piensan que por ser un vino gratis es un mal vino, pero no es el caso, el vino que sale de la fuente es de los mejores tintos de Abruzzo. Debajo de la fuente hay toda una estructura compleja de galones metálicos y tubos que son los que la alimentan, por lo que todo el proceso de producción, envasado y limpieza está muy cuidado y el vino que probarás es fresco, pues viene directo de los tanques de almacenamiento de acero inoxidable que hay en la cava.
Hace no mucho, Eslovenia también abrió una fuente que dispensaba cerveza en Zalec, una localidad de menos de 5.000 habitantes, y en España, concretamente en el Camino de Santiago, ya existe la 'Fuente de Iratxe', cuyo vino lo proporcionan las bodegas que llevan el mismo nombre. En ella, los peregrinos que tratan de llegar hasta Santiago de Compostela pueden disfrutar de un trago de esta bebida.