En un pueblo de pocos habitantes el bar es como un club social y hasta funciona de supermercado; es el punto de reunión para hablar del tiempo, jugar al continental y al dominó, tejer una manta, merendar, comprar leche y tomates, tomar el aperitivo los domingos y sobre todo recibir a los turistas. En las últimas décadas muchas localidades de la España rural se han ido quedando sin su bar porque no es un negocio rentable. En cambio, las administraciones le quieren poner remedio conscientes de la función imprescindible que cumplen. Uno de los ejemplos está en la provincia de Salamanca con un total de 23 pueblos españoles que recibirán hasta 35.000 euros por abrir un bar en este ejercicio 2024.
Los vecinos se van marchando en busca de un futuro más rentable y a continuación cierran las tiendas y después el bar porque no tienen clientes que atender. Sin bar, el turismo pasa de largo en busca de algún sitio donde comer y guarecerse si llueve. Así, poco a poco, cada localidad va perdiendo población hasta que queda casi desierta o se vacía totalmente. Como mucho quedan los mayores a la espera de que llegue el verano y vuelvan sus nietos. Es significativo que el problema no está solo en España sino en muchos países del mundo.
Desde los ayuntamientos es habitual publicar anuncios donde se ofrece una vivienda gratis o subvencionada a cambio de ocuparse de volver a abrir el bar. Era el alma y el corazón del pueblo y quieren recuperar sus entrañas. Como dato, en marzo de 2024, Analistas Financieros Internacionales publicó un informe sobre el impacto económico positivo que supone un establecimiento de hostelería para una localidad. Esta entidad afirma que “recibe más turistas, retiene su población y cuenta con más servicios” en comparación con las que cerraron su bar. Centrándose solo en el turismo, tal como insisten desde Analistas Financieros, cuando un municipio presume de bar lo visitan una media de 1.670 turistas nacionales al año. Sin embargo, si carece de él la cifra decrece hasta los 600 visitantes de media.
La Diputación de Salamanca informó a finales de mayo pasado de que había tomado la decisión de duplicar la cifra inicial de 300.000 euros destinados al Plan de Ayudas a Establecimientos Hosteleros para “atender todas las solicitudes prioritarias”. Este Plan se lanzó en marzo de 2024 para promover la apertura o reapertura de un bar sobre todo en aquellos municipios salmantinos que no contaban con un local de este tipo. La finalidad es “contribuir a paliar una de las consecuencias de la despoblación, como es la falta de servicios a los ciudadanos”.
En esta convocatoria pionera de la Diputación se han destinado un total de 600.000 euros. Al cierre del plazo de entrega de las solicitudes, el 30 de abril de 2024, se recibieron 89 peticiones de ayuntamientos que no disponían de ningún bar abierto de iniciativa municipal o privada y otras tantas para la remodelación o adecuación de las instalaciones ya existentes. En julio pasado, la prensa publicó que finalmente se han atendido un total de 23 solicitudes hasta cubrir todas las de aquellos municipios que no contaban con ningún establecimiento hostelero, ni público ni privado.
Estos 23 municipios de Salamanca que recibirán una subvención para abrir un bar son: Parada de Rubiales, Aldeaseca de la Frontera, Arapiles, Villagonzalo de Tormes, Encinas de Abajo, Encina de San Silvestre, Casillas de Flores, Villaverde de Guareña, Coca de Alba, Pizarral, Golpejas, Zarza de Pumareda, Cerralbo, Cabezabellosa de la Calzada, Negrilla de Palencia, Alameda de Gardón, Herguijuela del Campo, Aldea del Obispo, Aldeacipreste, Ciudad Rodrigo (Águeda), Fuenteliante, Canillas de Abajo y Navamorales.
El Plan de Ayudas a Establecimientos Hosteleros establece que la subvención máxima para el acondicionamiento de un local municipal y su conversión en un bar es de 35.000 euros. Además, esa cantidad debe suponer hasta el 90% del total del presupuesto presentado. Por otra parte, 5.000 euros se pueden destinar a la adquisición de mobiliario o maquinaria para prestar el servicio. Por último, uno de los requisitos para solicitar la ayuda es comprometerse a mantener el local abierto al menos 3 años con un mínimo de apertura al público de dos días cada semana.