“Lugar fuerte, cercado de murallas, baluartes, fosos y otras fortificaciones”, así define la Real Academia Española la palabra 'castillo’, y de eso se sabe mucho en España, pues se estima que en todo el territorio siguen en pie más de 20.000 castillos en diferentes condiciones de conservación; no obstante, la Asociación Española de Amigos de los Castillos reduce la cifra al tener contabilizados en su inventario más de 10.000.
Andalucía destaca por tener el mayor número de castillos del país, concretamente en la provincia de Jaén, que destaca por tener el mayor número de estas edificaciones fortificadas cercadas con murallas, baluartes o fosos. Un total de 237, de las que 97 son castillos; 126 son torres, atalayas o búnkeres, y los 14 restantes son murallas o castros. Guadalajara es la segunda con 198 castillos seguida de Aragón con 183.
La restauración ha jugado un papel muy importante en el mantenimiento de castillos y, por tanto, del patrimonio nacional, pues el paso del tiempo no perdona a nada ni nadie. Y aunque son muchos los castillos españoles que destacan por su estado y belleza, es de mención especial uno ubicado en Castilla León, concretamente en el pueblo de Fuensaldaña, un pequeño pueblo con mucho encanto y con un castillo con el mismo nombre. Se trata de una de las fortalezas más impresionantes y mejor conservados de España.
Como buen castillo, el de Fuensaldaña tiene numerosos secretos y una torre más de 30 metros de altura. Toda una edificación defensiva, cuyo origen se remonta al siglo XV y sorprende por su buen estado de conservación. “El Castillo de Fuensaldaña pertenece a la denominada Escuela de Valladolid, creada en la segunda mitad del siglo XV, con una serie de construcciones que se caracterizan por tener planta cuadrada y, sobre todo, por una gran torre del homenaje.
Comienza a edificarse en el siglo XIII, pero su aspecto actual data del s. XV, cuando el castillo es la residencia señorial de los Vivero. De planta cuadrada, posee torres circulares en las esquinas, y en uno de sus lienzos, una gran torre del homenaje rectangular, que en planta sobresale dentro del patio de armas.
Ha tenido diversos usos palaciegos y también fue sede de las Cortes de Castilla y León. Hoy, con una reforma integral, tanto en el continente como en el contenido, el visitante encontrará una armonía perfecta entre lo histórico y lo tecnológico, con una moderna línea expositiva que abarcará el interesante y mágico mundo de los castillos”, aseguran desde Turismo Castilla y León.
El de Fuensaldaña es uno de los castillos bajomedievales de Castilla que mejor representan el poder ascendente de una familia de esa época, los Vivero. Fue don Alonso Pérez de Vivero, contador mayor de Juan II de Castilla, quien, como otros notables de la época, fue comprando todos los lotes señoriales que conformaban Fuensaldaña para construirse un castillo palacio que no llegó a terminar, pues murió asesinado por conjurar contra Álvaro de Luna.
El castillo fue confiscado a los Vivero por los Reyes Católicos, por su apoyo a la reina Juana; y no retornaría a su propiedad hasta 1490. Volvió a ser confiscado al heredero en 1520 como castigo por el asesinato de su esposa. En 1521, fue ocupado por las tropas comuneras y convertido en uno de sus bastiones defensivos.
El Castillo, propiedad de la Diputación de Valladolid, fue sede de las Cortes de Castilla y León desde 1983 hasta 2007. Actualmente es un Centro Turístico visitable y se programan diferentes actividades como las visitas teatralizadas “El Trono Poderoso” y la nocturna “La Maldición Medieval”, además del ciclo de conciertos “Un Abanico de Músicas”, entre otras.
Hoy en día está abierto al público con un precio medio de la visita de 5 euros. Puede visitarse durante todo el año, pero los horarios varían en función del mes. Con esta entrada, recorreréis sus principales salas descubriendo cómo fue construido y qué importante linaje marca su historia. Conoceréis tanto el uso residencial como la función militar del castillo de Fuensaldaña.