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De los doce meses que tiene el año, hay uno que acumula un mayor número de nacimientos: el de septiembre. Así lo demuestran los datos recogidos por el INE (Instituto Nacional de Estadística), que apuntan a que el noveno mes del año es el mes en el que más cumpleaños se celebran.
Históricamente, sin embargo, no ha sido así, ni mucho menos. De acuerdo a los datos publicados por el organismo, que pueden consultarse de manera online en esta página web, hasta la década de 1930 el mes que más nacimientos acumulaba en nuestro país era el mes diciembre, el último de todo el año.
En los años 30, este puesto cayó en manos de febrero, que lo perdió en la década de los 40 en favor de marzo y lo volvió a recuperar en la década de los 50. En los años 60, septiembre se hizo por primera vez con la corona, pero durante las dos décadas siguientes, es decir, desde 1970 y 1990, esta primera posición la tuvo mayo.
A partir de los años 90, eso sí, septiembre se coronó como el mes con más nacimientos en España, una posición que ha mantenido durante las últimas tres décadas y que, no obstante, podría perder durante en la década del 2020, donde, de momento, enero es el mes que congrega un mayor número de nacimientos.
Aunque enero se adelante en esta década al mes de septiembre, el noveno mes del año seguiría siendo, contando el histórico, el que más nacimientos acumula en nuestro país. Y cada día, de media, se celebrarían en torno a 1.117 cumpleaños, según apuntan los datos del INE. Pero ¿hay alguna explicación?
El alto número de nacimientos congregados en el mes de septiembre puede deberse a una mera casualidad estadística, aunque hay teorías que apuntan a otros factores. Por ejemplo, el frío propio de los meses de invierno, donde a todos nos apetece juntarnos un poco más, o la alegría de las fiestas y vacaciones de Navidad, donde nos despejamos de la rutina y obligaciones del trabajo y podemos pasar más tiempo libre en casa.
Otras explicaciones apuntan a un motivo mucho más científico. Según una investigación publicada por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, la causa se encontraría en la reducción de los periodos de luz propia de los meses de invierno, que podría favorecer la fertilidad de los óvulos y la calidad del esperma masculino, aumentando así las posibilidades de embarazo.
Aun así, también cabe la posibilidad de que este sinfín de nacimientos en el mes de septiembre se deba, simplemente, a una necesidad de reinventarse, que suele ser mucho más fuerte a finales y comienzos de año y que podría llevar a algunas parejas a buscar ampliar la familia. Quién sabe.