A siete años para que estallara la Primera Guerra Mundial, nació María Branyas, la persona viva registrada de más edad en el mundo que además vive en España. Vivió la Guerra Civil Española mientras entraba en la treintena y cumplió setenta el año de las primeras elecciones democráticas. María Branyas Morera, que nació en San Francisco el 4 de marzo de 1907 en una familia de madre catalana y padre pamplonés, cumplió el pasado 4 de marzo 117 años en la residencia Santa María del Tura de Olot, donde vive desde los 92 años. "Hasta aquí he llegado", ha celebrado la Super Abuela Catalana, tal y como se autodenomina en su perfil de la red social X (@MariaBranyas112), que tiene más de 16.000 seguidores y gestiona con la ayuda de sus familiares.
Ostenta el título de persona más longeva del mundo desde el 17 de enero del 2023, cuando murió la monja francesa Lucile Randon, de 118 años. Fue entonces cuando el Grupo de Investigación Gerontológica (GRG), que depende de Guiness World Records, la situó en lo más alto de la lista de personas más longevas del planeta.
Más de un año después, su familia explica que Branyas ha sufrido un "bajon lento", especialmente desde el verano, pero que "no le duele nada" y "no tiene ninguna enfermedad", según declaraciones de su hija Rosa Moret a ACN. Pese a la pérdida progresiva de visión, oído, memoria y movilidad, María Branyas conserva intactas las facultades mentales y es consciente de que no hay nadie con más años que ella en el mundo. Sin embargo, su reacción es tachar los récords de "tonterías" y encogerse de hombros. "Dice que esto no es ningún mérito, ni de ella ni de nadie", afirma Moret.
María, que ya tampoco puede caminar sola, pasa la mayor parte de los días sentada en una butaca de su habitación donde recibe visitas de sus dos hijas -su hijo, que ahora hubiera cumplido 92 años murió- y de otros pocos familiares. "Las visitas la trastornan, ella necesita tranquilidad", explica Rosa, que detalla que con su hermana María Teresa se han divido las visitas.
María Branyas nació en San Francisco, pero con 8 años regresó con su familia a España. Este viaje de vuelta acabaría con la vida de uno de sus seres queridos, su padre. El hombre falleció durante el trayecto a causa de una tuberculosis pulmonar. Branyas también resultaría herida en esta navegación, tras caerse mientras jugaba con sus hermanos, lo que hizo que perdiera la audición en un oído de forma permanente. A lo largo de los años, ha residido en Barcelona, Banyoles, Calonge y Sant Antoni, repleta de vivencias difíciles de olvidar pues María ha vivido varias guerras y pandemias.
Branyas se convirtió en la sobreviviente de Covid-19 más longeva del mundo, cuando tenía 113 años en mayo de 2020. También sobrevivió a una guerra civil, un terremoto y un gran incendio. La mujer aseguró que una de las claves que la ayudan a persistir con una salud mental prácticamente impecable es su capacidad de adaptación. “Cuando hay una muerte, tiene el disgusto, pero al cabo de poco tiempo ya reacciona y dice que es lo que hay. Dios lo ha querido así, nos tenemos que adaptar y tenemos que seguir viviendo”, reprodujo, a través de las palabras de su madre, su hija Rosa.
El investigador Manel Esteller, eminencia en el campo de la genética y director del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, recogió hace unos meses muestras de la 'superanciana' para estudiar por qué su genoma es tan resiliente ante las enfermedades. Su caso excepcional puede servir a los científicos para entender mejor los mecanismos de envejecimiento del cuerpo, que están asociados a enfermedades como el cáncer o la demencia, para que este conocimiento pueda utilizarse en futuros fármacos.