Ricardo y Mercedes, los abuelos que aprovecharon la cuarentena para construir un 'chalet' a sus nietas

  • Esta pareja de abuelos gallegos se pasó la cuarentena construyendo 'un chalet' a sus nietas para volver a ver sus sonrisas a la vuelta

  • Tiene todo lujo de detalles y hasta literas para que duerman los peluches

El confinamiento ha dejado historias de superación increíbles, como la de Ricardo y Mercedes, dos entrañables abuelos gallegos cuyo hito ha salido a la luz ahora gracias al relato que su nieto, el periodista Israel Remuiñán (de COPE), ha hecho en Twitter.

Su hazaña empieza, como la de tantas otras personas, el 14 de marzo, cuando se declara el estado de alarma y comienza la cuarentena. A partir de ese momento, Ricardo y Mercedes se quedan en casa para protegerse del coronavirus. Sin recibir visitas excepto la de uno de sus hijos para llevarles comida y... tablas de madera. ¿Para qué?

"Los dos viven en una casa en el monte. Desde el primer momento tuvieron claro que les tocaba encerrarse, que aunque les apeteciese ver a su familia no podían hacerlo. Y como Ricardo llevaba muy mal eso de estar parado en casa, convenció a su mujer para empezar un proyecto juntos", cuenta Remuiñán en Twitter.

Un regalo para sus nietas

El proyecto de estos entrañables abuelos no era que otro que el de construir una casa de madera para sus nietas. "El objetivo de su idea era hacer felices a sus nietas más pequeñas, Judith y Miriam. Las dos viven en otra ciudad lejos de ellos, pero les encanta pasar las vacaciones juntos. De hecho... nunca habían estado tanto tiempo sin verse", dice Remuiñán.

Así, los abuelos se pusieron manos a la obra a cortar madera, pintarla, decorarla... hasta que estuvo completamente finalizada. El resultado y la felicidad de las nietas merece la pena verlo.

"Solo hay que ver la cara de las niñas al conocer su nueva casa... o a los abuelos emocionados. Y es que el chalet es de película. Tiene jardín, vallado, ventanas, luz artificial... y hasta literas hechas a mano para dormir a sus muñecos", relata su nieto en Twitter.

Sin duda, una historia de amor de unos abuelos entregados con sus nietas que han pasado la cuarentena bien entretenidas y con la ilusión de volver a ver esas sonrisas correteando por el jardín.