Los mayores están en el centro del torbellino de noticias que depara la crisis del coronavirus, casi siempre como víctimas, ya que la mortalidad de la pandemia aumenta con la edad y son el colectivo de riesgo más importante. El CSIC acaba de publicar 'Un perfil de las personas mayores 2020', un informe que radiografía a los mayores de 65 años, y que da una perspectiva más completa de cómo son y cómo viven los más veteranos de nuestro país. Son longevos, saludables, optimistas, solventes económicamente, y suponen un sostén económico y social en tiempos de zozobra.
En España viven 9.000.000 de personas mayores de 65 años, un 19% de la población. Los octogenarios, 1.900.000 personas, ya representan el 6% del total, y seguirán ganando peso. En España ya hay 16.303 centenarios. Hacia 2050 habrá el doble de mayores que hoy, y también el doble de mayores que de niños.
Asturias, Castilla y León y Galicia son las comunidades más envejecidas, con más de 25% de su población por encima de los 65. Ceuta y Melilla, Baleares, Murcia y Canarias son las más jóvenes, donde los mayores de 65 años rondan el 15%.
Por países, Italia (23%), Grecia (22%), Portugal y Finlandia (22%), y Alemania (21,5%), son los países más envejecidos. España (19%) se encuentra ligeramente por debajo de la media de la UE que alcanza el 20%.
En España hay 374.000 plazas residenciales donde viven más de 300.000 personas. La media de edad en residencias supera los 83 años.
La esperanza de vida alcanza los 86 años para las mujeres y los 80 para los hombres.
Los hombres mayores de 65 años viven 19 años más de media, el 60% de esos años los vivirán de manera saludable. La esperanza de vida de las mujeres mayores de 65 es de 23 años, pero solo el 48% de ese tiempo lo harán de manera saludable.
El 45% de los mayores percibe su salud como buena o muy buena. No obstante, el 22% de personas mayores tiene obesidad, y otro 41,5% sobrepeso. El 23% tiene diabetes.
Los problemas de salud que nos llevan al hospital son las enfermedades circulatorias (20%), las respiratorias (17%), las digestivas (12%) y los tumores (11%).
Tienen la tasa de riesgo de pobreza más baja de la población.
La pensión media de jubilación está en 1.156 euros, y la media del sistema (incluyendo la de viudedad, la de orfandad, incapacidad y a favor de familiares) alcanzó los 1.006 euros en febrero de este año.
Las pensiones de jubilación más elevadas son las de País Vasco, que superan los 1.400 euros, seguidas de las asturianas y madrileñas por encima de los 1.300 euros. Por su parte, las más bajas son las extremeñas, que están en los 942 euros, seguidas de las gallegas y murcianas, por debajo de los 1.000 euros.
Las mujeres cobran pensiones un 32% más bajas que los hombres.
Sólo el 6,5% de la población sigue trabajando más allá de los 65 años.
El 90% de los mayores de 65 tiene vivienda en propiedad.
Los hombres mayores viven en su mayoría con su pareja (50%) y el 18% en soledad. En cambio un 31% de las mujeres viven solas, y en pareja, un 33%.
Los cuidados tienen nombre de mujer. Son las que más cuidan, especialmente las de 45 a 64 años, que suponen el 49% del total de los cuidados. Y es una mujer mayor la que recibe la mayor parte del cuidado, el 47%.
A los hombres que necesitan ayuda los cuida su cónyuge (40%), y después su hija (27%). Y a las mujeres las cuidan generalmente las hijas (43%). Las mujeres de mediana edad (45 a 65) son el pilar de los cuidados informales en España.
La mayoría de los mayores se sienten felices, y los hombres más que las mujeres. De los 50 a los 74 años se declaran felices casi el 70% de la población, el porcentaje baja a cerca del 60% en los mayores de 75. El porcentaje de hombres que se sienten felices es un 10% superior al de las mujeres.
El informe realizado por el Grupo de Envejecimiento del CSIC recoge las opiniones de los españoles sobre cómo contribuyen los abuelos a la sociedad. Cerca del 40% de los encuestados piensan que su mayor contribución es la ayuda económica a la familia. El 27% piensa que mantienen unida a la familia, y el 24% que dan apoyo emocional.
El perfil que nos ofrece el CSIC en su último informe nos permite tener una perspectiva más amplia de lo que suponen los mayores para nuestra sociedad. Como ya ocurriera en la gran crisis del 2008, cuando los efectos económicos más devastadores de esta pandemia afecten a una parte importante de la población, las pensiones y las viviendas de los mayores volverán a suponer un colchón y un apoyo que permitirán salir adelante a miles de familias. Por otra parte, la estabilidad de los ingresos que supone nuestro sistema público de pensiones asegura que el consumo del 20% de la población volverá a los niveles de principios de año, nutriendo de manera importante al tejido industrial y turístico del país.