El 14 de marzo de 2020 nos pidieron que nos quedáramos en casa. Lo hicimos y empezamos a darle valor a lo que significaba nuestro hogar y lo que costaba mantenerlo en las mejores condiciones. Aprovechamos cada espacio exterior, redecoramos y nos planteamos alguna reforma. Encontrar el bienestar en casa se convirtió en un 'must'.
Cuando nuestra casa se convierte en una clave más de nuestro bienestar es fundamental establecer una rutina de limpieza y mantener ordenados cada uno de los espacios. Y ahí es dónde entra el cleanfulness, la filosofía que persigue el bienestar a través del orden y la limpieza, dos conceptos que un 64% de los españoles considera "imprescindibles", según un estudio realizado por Kobold, marca especializada en aspiradores.
El cleanfulness parte de la filosofía mindfulness, cuyo principal precepto es prestar atención plena a nosotros mismos, a cada persona con la que tratemos y a cada actividad que realicemos. Mediante la observación consciente, pensando que es la primera vez que hacemos algo y que ese momento es perfecto tal y como es, alcanzamos un estado de paz y tranquilidad mental. Si a este concepto, le añadimos las ideas de orden y limpieza, el resultado es que las tareas del hogar pueden procurar bienestar.
De hecho, si lo pensamos, seguro que conocemos a personas a las que les relaja poner orden en el salón o en su armario. Sin saberlo, de manera espontánea, están haciendo cleanfulness. Si ahora quieres hacerlo bien, hay una serie de pautas que pueden ayudarte.
Buscarle hueco fijo en la agenda facilitará enormemente la tarea. Lo que no tiene sitio en nuestro tiempo es más difícil que ocurra. También evitarás el retraso constante por cansancio o falta de tiempo. Si no puedes hacerlo en el tiempo previsto, tendrás que buscarle hueco otro día.
El objetivo es que prestes atención mientras realizas cada actividad doméstica. Pon el foco en todos tus sentidos mientras ordenas o limpias. Concéntrate en la tarea y no dejes que ningún otro pensamiento se interponga. La neurociencia ya ha demostrado que estos ejercicios de observación y concentración favorecen la claridad mental, relajan y nos hacen menos reactivos en situaciones difíciles y complejas.
Limpiar y ordenar en atención plena podría considerarse una meditación en movimiento. Para que surta efecto debe durar al menos 20 minutos. En el cleanfulness la limpieza física se mezcla con la espiritual y quiere involucrar a toda la familia, combinando 20 minutos de limpieza con 10 minutos de descanso. Al finalizar, la casa no solo estará más limpia, sino que, además, los componentes de la familia estarán de mejor ánimo.
Deshacernos de todo aquello que ya no aporta valor ayuda a establecer prioridades, aportando así más claridad y orden a nuestra vida. Plantéate vivir de forma más cómoda y espaciosa. En este caso te serán muy útiles las apps de compra-venta de objetos de segunda mano. Y si no terminas de verlo, plantéatelo así: lo que para ti es un trasto para otra persona puede ser útil, y además ganas dinero.
Fluir con las estaciones es otro precepto del mindfulness trasladado al cleanfulness. Cada cambio de estación viene reflejado no solo en nuestra ropa, sino también en nuestro hogar, hábitos y estado de ánimo. Los cambios de estación son el momento de actualizar armarios, despensas y, en definitiva, de replantearse los espacios. En cierto modo, el cambio de estación puede ser la oportunidad de vivir una vida más serena y placentera.