No hay nada más habitual que llegar de vacaciones y volver a tener esa sensación hogareña que nos da la comodidad de nuestro sofá, nuestra cama o nuestra almohada. Pero hay algo que nos saca de ese bienestar: las plantas no están igual que como las dejaste hace unas semanas por mucho que hayas dejado a un familiar, amigo o vecino a cargo de ellas, no todos tienen el truco tan bien cogido como tú. Puede que estén secas, las hojas estén caídas o incluso que parezca que no hay nada que hacer por ellas, pero siempre hay forma de revivir poco a poco una planta marchita y que vuelva a florecer como lo hacía antes de que te fueses de vacaciones.
Una vez te hayas instalado en casa y tengas todo en orden, dedicar un rato a las plantas puede hacer que las salves. Para ello lo primero es retirar las hojas, las flores o las ramas que estén secas o visiblemente mustias que harán que la planta quede limpia, permita que la luz pase mucho mejor y de esta manera la planta no haga un sobreesfuerzo llevando nutrientes a partes que ya están secas, malgastando energía. Y ya que le quitas las partes dañadas, aprovecha para revisar que no haya ninguna plaga que sea la causante de su mal estado.
Si es el caso de que hay una plaga o algún bicho que no debería estar allí debes tratarla según el problema que tenga con un producto específico para ello. No obstante, también se puede lavar con un paño húmedo para retirar de las zonas afectadas los restos de insectos, plagas o suciedad antes de usar un producto.
Ahora bien, igual que la falta de riego las ha podido secar, si nuestro amigo se ha pasado con el agua puede que haya hecho que se produzca un exceso de humedad que afecta a las raíces y a las hojas haciendo que cojan ese color amarillento antes de secarse.
Con la planta limpia y tratada, es posible que lo mejor sea trasplantarla a otra maceta. Para ello hay que hacerlo de manera delicada, sacándola de la maceta con cuidado, especialmente en las raíces. En caso de que le faltase agua, sumergirla unos cinco o 10 minutos en agua templada, que se absorbe mejor que la fría, le permitirá recibir la hidratación que necesita y que no ha tenido en las últimas semanas.
Para proseguir con su recuperación, una nueva maceta, a ser posible más amplia, tierra y sustratos sería lo ideal para devolverle la vida que tenía al comienzo del verano. Con esto la planta podrá obtener nuevos nutrientes que favorecerán su recuperación y crecimiento en las próximas semanas viendo resultados diariamente.
En todo caso, a la falta de agua puede que se le haya unido una exposición constante a la luz solar, lo que ha conseguido que la planta se queme más rápidamente. Así, lo indicado es retirarla de la exposición directa al sol para pulverizar sus hojas cada día con agua hasta que comience a mostrar signos de recuperación. Es entonces cuando debes volver a exponerla cada día un poco al sol.
Si has hecho todo el proceso es posible que en solo unos días empieces a ver resultados en tu planta, que comienza a revivir. También fíjate si el rincón donde tienes la planta es el adecuado, si tiene la iluminación indicada o si el riego que le están dando es el ideal. Aún así, por mucho que nos esforcemos es probable que alguna la perdamos por el camino y no podamos salvarla. En todo caso, hay que fijarse en cada una y saber qué es lo que necesitan según sus condiciones.