La esperanza de vida en España es una de las más altas del mundo. Vivimos de media 83'6 años, aunque las mujeres son más longevas que los hombres. A lo largo de esos más de 80 años de vida son muchas las personas que pasan por ella, unas nos acompañan prácticamente durante todas las etapas, otras llegan y se van, y otras muchas, pese a conocerlas, son simples figurantes al no tener un gran peso en tu vida. Al final son centenares las personas que pasan por tu vida y de las que ya hay muchas que ni siquiera recuerdas. ¿Con quién pasamos más tiempo a lo largo de nuestra vida?
Realmente hay diferentes estudios que plantean esta cuestión y han investigado con quién pasamos más tiempo según la edad que tengamos. Una encuesta de Flowing Data señala como realmente la mayor parte del tiempo de nuestra vida lo pasamos con nosotros mismos, algo obvio, pero refiriéndose a la soledad, a no estar junto a nadie más, una situación que se mantiene constante a lo largo de toda la vida desde que nacemos.
Durante nuestros primeros años de vida, así como a lo largo de nuestra juventud, gran parte del tiempo lo pasamos con nuestros familiares más directos, padres y hermanos, pero a partir de los 20 el tiempo que pasamos con ellos se reduce considerablemente para dar más presencia a los compañeros de trabajo, jefes, parejas o hijos, entrando en escena entre los 40 y los 50 los nietos.
Otra investigación trató de analizar varias encuestas que se habían realizado a la población de Estados Unidos entre 2009 y 2019 y en la que se destacó con quién se pasa más tiempo diario en las diferentes etapas de la vida. En general, la soledad vuelve a ganar, mientras que durante la infancia y la adolescencia el mayor tiempo que se pasa corresponde a la familia, lógico teniendo en cuenta que es una etapa en la que se sigue viviendo en la casa familiar.
En todo caso, a partir de los 20 y los 30 ya hay un cambio de tendencia que coincide con el estudio anterior, pasando más tiempo con nuestros compañeros de trabajo y nuestras parejas. Además, entre los 30 y los 40 destaca también el tiempo invertido en niños, cuando los hijos llegan a casa, una tendencia que baja progresivamente, pero que desde los 60 hasta pasados los 80 se mantiene ante la presencia de los nietos.
¿Y los amigos? Es durante nuestra juventud cuando más tiempo les dedicamos y, aunque no son los que más presencia tienen durante la etapa adulta, se mantiene una curva horizontal.
En todo caso, y volviendo al tema de la soledad, es curioso como los datos apuntan a que desde los 40 años el tiempo que pasamos solos crece, sobre todo a partir de los 60 años, edad sobre la que suelen comenzar las jubilaciones, alcanzado su máximo en los 80 años, algo que puede estar relacionado con la soledad no deseada que sufren los mayores.
Relacionado con ello está el tiempo invertido en la pareja, que crece a partir de los 60, pero entre los 75 y los 80 años la bajada es clara, cuando uno de los miembros de la pareja fallece y el otro enviuda, aumentado su tiempo de soledad.