El 29 de marzo, en pleno confinamiento por el coronavirus, el Ministerio de Sanidad emitió una nueva orden para prohibir los velatorios y aplazar los funerales hasta después del estado de alarma. Eran los funerales sin caricias, sin el último adiós.
Aquella medida impidió que miles de familias pudieran despedirse de sus seres queridos, fallecieran por motivo de la COVID-19 o no. Además, si a ello se sumaba un traslado entre comunidades la empresa se hacía aún más imposible dada la prohibición de moverse entre territorios.
Ahora, la ministra de Educación, Isabel Celaá (71), ha contado, en una entrevista con Radio Nacional, que su familia también se vio afectada por un fallecimiento muy cercano y por esta medida de Sanidad. "Mi madre murió y no pude ir a Bilbao a verla. Es algo que me ha pasado a mí y a tantas otras familias", ha dicho.
La madre de la titular de la cartera de Educación se suma así a las más de 29.000 víctimas mortales que ha dejado esta pandemia en nuestro país. Actualmente, aunque los velatorios ya están permitidos, cada Comunidad Autónoma aplica su propia normativa, con porcentajes de aforo que suelen rondar el 75% del total, aunque en algunas, como en Madrid, se ha vuelto a bajar hasta el 60%.
Al margen de la dura historia sobre su madre, Isabel Celaá también habló sobre la vuelta al colegio, y quiso enviar un mensaje de confianza para los padres.
"Que los padres lleven con confianza a los centros educativos porque los niños tienen que aprender a convivir y no se les puede tener constreñidos", ha añadido.
"El curso se está preparando con todo esmero y hay miles de profesores que trabajan poniendo distancia entre pupitres, con círculos en los patios o flechas en los pasillos", ha indicado.
La ministra también ha querido reforzar la idea de que el colegio tiene que seguir abierto "porque todos estamos conviviendo con la pandemia: la escuela tiene que ser la primera en abrir y la última en cerrar. En marzo cerramos no por problemas educativos ni contábamos con la evidencia científica de ahora para decirnos que se puede trabajar con niños, que no son supercontagiadores", concluyó.