La prestación por cuidados no profesionales surgió como una excepción a la cartera de servicios y prestaciones del Sistema de Atención a la Dependencia, pero se ha consolidado como la ayuda más demandada por los ciudadanos. Más de 450.000 familias reciben entre 387 y 153 euros mensuales por esta prestación que ahora el Plan de Choque para la Dependencia quiere mejorar. Te contamos quién puede pedirla, cómo, cuánto se tarda y cuánto se cobra.
La Ley de Dependencia establece servicios y prestaciones para atender a los dependientes. La teleasistencia, la ayuda a domicilio, los centros de día y las residencias son servicios. También se establecen tres tipos de prestaciones económicas. Una para ayudar a pagar el coste de estos servicios. Otra para pagar los servicios de profesionales del cuidado que contrates para atender a la persona dependiente. Y otra, la más utilizada, es la prestación que se concede a los dependientes por los cuidados que reciben de algún familiar en su domicilio.
El cuidador puede ser el cónyuge o algún familiar de hasta el tercer grado de parentesco. También se considera familia a las parejas de hecho y a los tutores legales. Para recibir esta prestación la persona atendida debe tener reconocido algún grado de dependencia y que el PIA, el Programa Individual de Atención que elaboran los servicios sociales, establezca esta Prestación Económica de Cuidados en el Entorno Familiar (PECEF) como el recurso más adecuado.
La Ley de Dependencia establece que el familiar "debe convivir en el mismo domicilio de la persona dependiente, sea atendido por él y que lo haya hecho durante el periodo previo de un año a la fecha de presentación de la solicitud".
Las normativas de las comunidades autónomas interpretan lo de vivir en el mismo domicilio de distinta manera. Por ejemplo, en Madrid se exige que el cuidador esté empadronado en el domicilio del dependiente, pero en Castilla y León, por ejemplo, se pide que el cuidador viva a no más de 40 kilómetros, y en Andalucía no se especifica nada al respecto. Si estás interesado en esta prestación, deberás consultar este detalle en los servicios sociales de tu Comunidad Autónoma.
Se exigen otros requisitos a la persona cuidadora, como que cuente con la capacidad física, mental e intelectual suficiente, que no tenga reconocida la situación de dependencia, que realice las acciones formativas que se le propongan, que la vivienda tenga las condiciones adecuadas o que facilite el acceso de los servicios sociales a la vivienda del dependiente para comprobar el cumplimiento de los requisitos.
Esta prestación sólo es compatible con el servicio de teleasistencia, y solo se puede pedir por el cuidado de un familiar. Si cuidas a tu padre y a tu madre, solo podría pedir la prestación uno de ellos.
La prestación la cobra el dependiente, no el cuidador, y actualmente las cuantías máximas están entre los 387 euros para los dependientes más severos, y los 153 euros para los dependientes moderados. Estas cuantías van a subir este año 2021, ya que el Gobierno ha aumentado el presupuesto destinado a Dependencia. Castilla y León es la primera Comunidad que ya ha subido las cuantías y ahora paga 407 euros al mes como máximo para los dependientes de Grado III, y 160,6 para el Grado I. La cuantía final de la prestación se calcula en función de la renta y el patrimonio de los dependientes.
Lo primero es solicitar la valoración de dependencia de tu familiar. Se puede hacer por Internet, o a través de los servicios sociales de tu Comunidad. Un equipo determinará el grado de dependencia, que va del Grado I, dependencia moderada, al Grado III nivel 2, dependencia severa. La cuantía de la prestación será más elevada cuanto mayor sea el grado de dependencia reconocido.
Otro equipo de los servicios sociales establecerá el PIA, Plan Individual de Atención. Es a este equipo al que debes explicar (si así lo habéis decidido en la familia) que lo más adecuado para atender a tu familiar dependiente es el cuidado no profesional en el domicilio.
El Plan de Choque para la Dependencia que acaba de presentar el Gobierno pretende que la valoración y el PIA se hagan en un mismo paso, y así acortar los plazos.
Los procesos son distintos en cada CCAA. La Ley establece que no pueden pasar más de seis meses entre la solicitud y la asignación de un servicio o prestación, pero lo cierto es que los plazos varían mucho en función de las Comunidades y del grado de dependencia reconocido. A mayor grado de dependencia, menos tiempo de gestión.
En algunas Comunidades se puede tardar un año en conseguir el reconocimiento de Grado y hasta dos años más en recibir la PECEF, y no tiene carácter retroactivo, es decir, cuando te llega, no se cobran los atrasos. En otras Comunidades, sin embargo, el proceso puede tardar seis meses. Las Comunidades más ágiles en resolver expedientes son Castilla y León, Navarra y Castilla-La Mancha. Donde más se tarda en recibir la prestación es en Cataluña, La Rioja, Canarias y Andalucía.
Todos estos plazos se están viendo ampliados por efectos de la pandemia.
Desde 2019 la Administración paga las cuotas de la Seguridad Social a los cuidadores no profesionales. Para ello se debe suscribir el Convenio especial de cuidadores no profesionales de personas en situación de dependencia. Está pensado para seguir cotizando de cara a la jubilación si no trabajas o has agotado el subsidio de desempleo. Se cotiza por la base mínima y sigues de alta en la Seguridad Social.
No se puede suscribir este convenio si:
Por qué base se cotiza
El Gobierno ha presentado un Plan de Choque para la Dependencia en el que se plantean cambios para la mejora del sistema. Como las competencias están transferidas a las CCAA, serán éstas las que desarrollen las directrices que presenta el plan, que no es vinculante.
En lo referente a las prestaciones por cuidados familiares el Plan propone subir las cuantías máximas de la gran dependencia a 455 euros al mes, y a 180 euros al mes la dependencia moderada. También se plantea la posibilidad de que, en circunstancias excepcionales en que el beneficiario viva en zonas rurales, poco accesibles o deshabitadas, pueda actuar como cuidadora una persona vecina del municipio. Y quiere incorporar a la cartera de servicios programas de respiro, apoyo y formación a los cuidadores no profesionales.
Para el Gobierno, "el diseño actual de éstas tiende a reproducir la feminización de los cuidados y genera pocos puestos de trabajo, por lo que es necesario avanzar paulatinamente hacia un modelo de servicios profesionales, respetando la voluntad de las personas en situación de dependencia".