En verano si tu destino vacacional es nacional es más que probable que hayas llenado el maletero y hayas decidido hacer el viaje con tu propio coche. ¿Contras? Te va a tocar conducir unos cuantos kilómetros buenos, pero el punto a favor es que podrás moverte con mayor libertad y autonomía sin depender de otros transportes. Sin embargo, esas semanas que pasa fuera de casa es más que probable que tu coche eche de menos la protección de tu garaje y tenga que hacer frente a las inclemencias del tiempo y a los inoportunos excrementos de las palomas y otras aves.
Si esto último te ha pasado en alguna ocasión sabes perfectamente que la rapidez es determinante para poder eliminar los restos, pues una vez se secan, retirar los excrementos de los pájaros de la carrocería, incluso del cristal, se convierte en una especie de odisea intentando no dañar la pintura del vehículo. ¿Cómo se pueden limpiar de manera fácil sin que la pintura del coche sufra daño alguno?
Cuanto antes se quiten los excrementos, mejor, ya que estos contienen una serie de ácidos que pueden dañar el barniz del vehículo hasta llegar a la pintura, dándole un aspecto más desgastado a la zona.
Lo más sencillo es coger una esponja, abundante agua y jabón con pH neutro para frotar suavemente en la zona afectada para así evitar dañar la carrocería o que pierda el color original sin lo haces muy fuerte. No obstante, si la mancha se ha secado o te percatas de su presencia tras varios días, antes que una esponja es mejor una bayeta de microfibra bien mojada para que humedezca los excrementos y sea más sencillo retirarlos, ya que si directamente lo haces con la esponja podrías llegar a rayar la carrocería.
Lo ideal es que, si sabes que el coche va a dormir fuera de un garaje durante días, tengas a mano estos productos, que nunca se sabe cuándo puede pasar por encima un pájaro traicionero. No obstante, si quieres ser algo más profesional, en el mercado existen líquidos o toallitas que se comercializan específicamente como limpiadores de excrementos de pájaros.