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Todos conocemos la caja negra de los aviones que es clave cuando se produce algún accidente aéreo. Por eso mismo durante los últimos años se ha estado desarrollando un sistema similar, pero para los vehículos con el objetivo de que esta caja registre toda la información para conocer al detalle cómo se ha producido un siniestro. Esa caja negra ya es una realidad y será obligatoria en todos los coches españoles de nueva matriculación a partir del 7 de julio de 2024.
No solo hablamos de España, sino que es un sistema que debe implementarse en todos los territorios que conforman la Unión Europea. Esta tecnología estará siempre recogiendo información para guardarla y eliminarla con el objetivo de conocer con detalle las causas de los accidentes de tráfico, pero también para en un futuro tener una mayor capacidad de prevención.
A través del sistema EDR (Registrador de Datos de Eventos), la caja irá recogiendo y borrando la información y solo la conservará en caso de siniestro. Si el airbag se activa, inmediatamente el EDR guardará los 30 segundos anteriores y los cinco posteriores al accidente, aunque para ello es necesario que el vehículo esté encendido.
Incluir este sistema tiene el objetivo de evitar unas 25.000 muertes y alrededor de 140.000 heridos graves en los próximos 15 años en Europa, según las estimaciones del propio Parlamento Europeo, que quiere lograr las cero muertes en carretera para 2050. En principio todos los modelos que se han ido fabricando desde 2022 ya deberían incluir la caja negra tras la decisión de la UE.
Para una mayor seguridad, los nuevos vehículos también deben incluir otros dispositivos como un detector de fatiga y somnolencia, un asistente de control de velocidad inteligente o la instalación previa de un dispositivo de bloque por alcoholemia.
La caja negra registra diferentes datos que pueden llegar a resolver las dudas sobre un accidente y ayudar a reforzar los puntos débiles de la conducción. Entre esas variables que registra está la velocidad del vehículo, el momento exacto de la frenada, las revoluciones del motor, la fuerza del impacto frontal y lateral, el funcionamiento de los airbags y del cinturón de seguridad, los movimientos de la dirección, las condiciones meteorológicas o la posición del acelerador.
Acceder a los datos recogidos por la caja negra, que va colocada bajo el asiento del conductor atornillada al chasis, estará restringido a las autoridades competentes cuando sea necesario acceder a su información para reconstruir un accidente.
Hay que tener en cuenta que la información que se recoge no obtiene grabaciones ni de vídeo ni de audio, solo datos concretos, por lo que la información es anónima. De esta manera, no se utiliza para inculpar a otro conductor por un accidente, sino que su función es esclarecer las causas de este.