En los últimos años todas las marcas automovilísticas han empezado a apostar por el coche eléctrico para adaptarse a una movilidad más sostenible. Pese a que hay unas marcas más aventajadas que otras, lo cierto es que todas tienen en marcha modelos destinados tener cero emisiones en sus trayectos. Y justamente en esa fase se encuentra ahora mismo Ferrari, que trabaja en su primer coche eléctrico que se estima que llegue al mercado a finales de 2025. Detalles se saben pocos, pero lo cierto es que sí que se han ido dando pistas, entre ellas, su precio de salida.
No obstante, se espera que a finales de este 2024 se presente el modelo para empezar a comercializarlo un año después. Entre los detalles, parece que su producción se hará en un nuevo edificio cercano a las instalaciones de Maranello que es totalmente sostenible y que ha costado unos 200 millones de euros construir. Para su funcionamiento se le han instalado 3.000 paneles solares que ofrecen 2’3 MW de energía para alimentar al edificio, aunque también aprovecharán la canalización del agua para reutilizarla para distintos procesos.
Estas nuevas instalaciones ocupan 42.500 metros cuadrados donde se podrán producir unos 20.000 vehículos al año (superando los 14.000 de 2023), además de componentes internos que son necesarios para coches híbridos y eléctricos.
Sobre su primer coche eléctrico, parece ser que, tal y como apunta Reuters, Ferrari le habría colocado un precio de salida de 500.000 euros, lo que podría colocarlo como el coche eléctrico más caro del mundo si no se cuenta con las ediciones limitadas de los grandes superdeportivos.
Esta sería la tarifa mínima del primer Ferrari eléctrico, que podría ir en aumento al poderse personalizar diferentes aspectos según los gustos de cada cliente, pudiendo aumentar el precio final hasta en un 20% sobre el precio base.
Que su precio sea tan elevado puede deberse a diferentes motivos, como que la marca quiera mantener los márgenes de beneficios a los que están acostumbrados y puedan compensar los altos costes de su desarrollo, o porque algunos de sus componentes se van a adquirir de proveedores externos.
Según el analista Andrea Balloni, la marca italiana espera que su primer eléctrico “sea un modelo de nicho y represente poco más del 10% de las ventas anuales”, ya que los amantes de la marca siguen prefiriendo los vehículos de combustión, algo de lo que los italianos son plenamente conscientes.