El pasado 1 de septiembre entró en vigor un nuevo impuesto para gravar las emisiones contaminantes de los vehículos a la atmósfera. Conocido como impuesto sobre las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de los vehículos de tracción mecánica, este nuevo gravamen es obra de la Generalitat de Cataluña y, como tal, solo afecta a los vehículos que estén matriculados y domiciliados fiscalmente en esta comunidad autónoma.
Este tributo se aplica tanto en los turismos como en las furgonetas y motocicletas. De acuerdo a los datos de la Agencia Tributaria Catalana, en cuya página web se puede consultar el padrón definitivo de los vehículos que están obligados a pagar la tasa, en este primer año han quedado sujetos al impuesto 1.650.342 contribuyentes y 2.267.168 vehículos, con los que se prevé generar una recaudación de casi 66 millones de euros.
El importe, según señalan desde el Govern, se destinará íntegramente y a partes iguales al ‘Fondo climático’ y al ‘Fondo del patrimonio natural’ de la administración autonómica, a fin de invertir en “acciones de mejora del entorno y del transporte público, fomentar las energías renovables y los vehículos limpios, e impulsar la movilidad sostenible, la gestión de los parques naturales y la investigación”.
Este nuevo tributo se aplica sobre los vehículos que generan más de 120 gramos de CO2 por kilómetro, y están obligados a abonarlo todas las personas y empresas titulares de un turismo, furgoneta o motocicleta con domicilio fiscal en Cataluña en 2020. Además, también deberán tributar por la tasa aquellas personas jurídicas sin residencia fiscal en la comunidad autónoma que tengan un establecimiento, sucursal u oficina y vehículos registrados en ella durante el pasado 2020.
Por el contrario, quedan excluidos del impuesto los vehículos enteramente eléctricos, los ciclomotores, los camiones o vehículos de más de 3,5 toneladas, los autocares y los vehículos autorizados a transportar más de nueve personas (incluido el conductor). A los vehículos con matrícula de vehículo histórico y los vehículos clásicos, por su parte, se les aplica una bonificación equivalente a la totalidad de la cuota íntegra, y, por tanto, tampoco tributan.
El importe que hay que pagar por este nuevo impuesto depende de las emisiones de CO2 que emita el vehículo y viene determinado por los tramos establecidos por la Generalitat. Estos son:
La mayoría de los conductores, según las previsiones, deberán pagar en torno a unos 32 euros anuales. No obstante, esta cifra cambiará el año que viene, cuando aumenten las tasas y el umbral de tolerancia se reduzca, obligando a tributar a los turismos a partir de los 95 gramos por kilómetro y a las furgonetas a partir de 140 gramos por kilómetro.
Para conocer cuál es el importe exacto que tendrás que abonar por esta nueva tasa, puedes consultar el padrón definitivo de la Agencia Tributaria, en el que se recogen todos los vehículos obligados a pagar el impuesto.
El pago se podrá realizar a partir de la propia pantalla de consulta del padrón definitivo. Los propietarios que no hayan realizado el pago antes de octubre recibirán una notificación en su domicilio fiscal con el importe a pagar y los plazos de ingreso. En este caso, el importe también podrá abonarse a través del teléfono 012, el teléfono de la Agencia Tributaria Catalana (935515151), las entidades financieras colaboradoras y las oficinas de Correos.
Si has domiciliado el pago antes del 15 de julio y te has suscrito a la notificación electrónica, sin embargo, no tendrás que preocuparte por el pago, ya que se cobrará automáticamente en tu cuenta el día 5 de noviembre. Además, disfrutarás de una bonificación del 2% de la cuota.