Si la inteligencia artificial (IA) se está consolidando como el recurso más innovador en diferentes sectores para la resolución de problemas, tiene todo el sentido del mundo que también se aplique para resolver un quebradero de cabeza que afecta diariamente a millones de conductores: los atascos en las principales vías de las grandes ciudades.
En ese sentido, el Ayuntamiento de Madrid ha dado un paso al frente en la gestión de la movilidad urbana al completar un exhaustivo análisis, asistido por tecnologías de IA, de los datos aportados por 510.000 horas de vídeo capturadas durante dos años y medio por 56 cámaras estratégicamente distribuidas en puntos clave de la ciudad.
Estas cámaras, equipadas con la tecnología Data From Sky, no solo identifican a quienes transitan por las calles (peatones, patinetes, camiones, turismos), sino que también detectan infracciones como giros indebidos, proporcionando así una panorámica detallada del comportamiento vehicular en la capital.
El estudio ha analizado las miles de horas grabadas para determinar patrones de movilidad de los distintos vehículos que circulan por las calles madrileñas, el flujo de estos o la dirección de sus movimientos. Según el Ayuntamiento, el empleo de esta tecnología permite avanzar en la gestión de un tráfico más eficiente, ya que "se facilita optimizar los tiempos de los semáforos, reducir los atascos y mejorar la seguridad vial".
Gracias a la IA se puede conocer una información detallada y actualizada en el momento de los incidentes de tráfico más recurrentes, como pueden ser las retenciones, y así solucionarlas con rapidez. Además, esta tecnología dota al consistorio de "herramientas e información con las que planificar la ciudad de forma más eficiente, a través de la toma de decisiones adoptadas sobre miles de datos en tiempo real y que inciden en la planificación urbana, el diseño de infraestructuras y la gestión de los servicios públicos".
Aparte de la tecnología utilizada para este análisis, el Ayuntamiento de Madrid también cuenta con una red de 30 estaciones equipadas con cámaras de visión artificial distribuidas en 28 puntos de la ciudad que capturan los flujos de movilidad peatonal y cuya información se emplea para conocer aforos, planificar obras o estudiar eventuales peatonalizaciones.
Madrid es la primera ciudad española que se ha ayudado de la IA para mejorar la movilidad urbana y reducir los flujos de tráfico en sus calles, pero esta es una práctica a la que ya han recurrido de forma experimental grandes urbes con problemas de tránsito cronificados.
Por ejemplo, la india Bangalore, de 14 millones de habitantes y considerada una de las ciudades con más atascos del mundo, en 2022 firmó un acuerdo con Google para monitorizar la circulación e implementar semáforos adaptativos cuya sincronización estará controlada por una IA.
Estambul, con 15 millones de habitantes, lleva casi un año empleando estas tecnologías para la recolección de datos en tiempo real buscando identificar puntos negros como paradas de autobús, cruces o vías que provocan las congestiones. Por su parte, EEUU tiene en Florida su campo de prueba más puntero en materia de Inteligencia Artificial y tráfico.