La periodista Alba Lago nos conduce a una nueva parada de la Ruta 67 de VidaCaixa en Uppers, en la que aborda los estereotipos a los que muchas personas deben hacer frente cuando llegan a cierta edad. Es el fenómeno conocido como edadismo, un tipo de discriminación que afecta a una de cada tres personas a partir de los 50 y que ya es la segunda causa de exclusión social después del sexismo.
Alcanzar la madurescencia, ese término que redefine en positivo la etapa a caballo entre la edad adulta y la vejez, implica tener que lidiar con el edadismo. También con el propio, porque cuando una persona empieza a excluirse de un entorno o una actividad por razón de su edad, involuntariamente está contribuyendo a cronificar estereotipos edadistas en la sociedad.
Poner coto al edadismo en todas sus formas no es tarea fácil. Vivimos en un momento histórico y deberíamos aprovecharlo: es la primera vez en la historia de la humanidad que hay cinco generaciones conviviendo, y se espera que la mayoría de las personas lleguen a la vejez. Si todos vamos a pasar por ahí, aprovechemos sus ventajas. Liberémonos de los estereotipos.
Uno de los grandes beneficios de sumar años es que alcanzamos una etapa en la que ya nos conocemos plenamente, y ese conocimiento nos da libertad. Libertad para tener otra perspectiva, seguir aprendiendo, probar nuevas actividades, cultivar nuestras aficiones e invertir en lo que verdaderamente nos gusta. ¡Bienvenidos a la revolución de la madurez!