La masa muscular va disminuyendo con el paso de los años y cada vez cuesta más ganar músculo y hacer desaparecer la grasa, sobre todo en la zona abdominal, pero nada es imposible. Sin embargo, no todos los ejercicios están recomendados para cualquier edad, por ejemplo, a partir de los 60 no se puede hacer cualquier tipo de ejercicio abdominal, de lo contrario pueden aparecer dolores en zonas como las lumbares, lo que no quiere decir que no puedas lucir un six pack de escándalo.
Una buena rutina abdominal es esencial para trabajar también la espalda y quemar la grasa de la zona para marcar músculo. Expertos de la Universidad de Harvard han señalado los mejores ejercicios para trabajar la zona abdominal en personas mayores de 60 años que ayuden a tonificar el torso a la vez que evitan los problemas en la espalda o los huesos.
Según los expertos, trabajar el abdomen aporta estabilidad a nuestro cuerpo. No obstante, hay algunos ejercicios básicos que descartan, como hacer abdominales, un ejercicio que todos conocemos, pero que de hacerse mal o a partir de cierta edad puede tener un impacto negativo en el cuello y las cervicales, sobre todo en los adultos de mayor edad. De esta manera, su recomendación pasa por ejercicios que trabajen la zona abdominal y los de la espalda y pueda reforzar toda esa zona corporal.
Entonces, ¿cuáles son los ejercicios que mejor vienen a partir de los 60? Según Harvard son dos tipos de ejercicios.
El primero es el puente de glúteos, que consiste en tumbarse boca arriba como si se fuesen a hacer unos abdominales de toda la vida, con las piernas flexionadas y los brazos estirados en el suelo en paralelo al cuerpo. El ejercicio en sí es fácil, se levanta la cadera para ascender los glúteos y que el cuerpo quede en diagonal. "Es efectivo porque crea rigidez desde la caja torácica hasta la pelvis y desde el ombligo hasta la espalda. Toda la región se vuelve sólida y crea una contracción de todos los grupos musculares, como un corsé", explican desde Harvard.
El otro no cabe duda de que nos hará sufrir, son las planchas, que si bien son duras de hacer, fortalecen la espalda y nuestro vientre. Para ello hay que colocarse sobre el suelo como si fuésemos a hacer flexiones, pero apoyando nuestros antebrazos en el suelo y aguantar todo lo posible con el cuerpo duro y recto. En caso de ser incapaz, se puede hacer con las rodillas apoyadas. "Las planchas crean contracciones de los músculos centrales, de los brazos y de los hombros mientras te mantienes en una posición de flexión. La clave es permanecer lo más rígido posible”, señalan.