Se acaban de cumplir cinco años de la muerte de Ángel Nieto, el 12+1 veces campeón del mundo de motociclismo y todo un icono de la historia del deporte español. Para rendirle homenaje, Prime Video estrenó en exclusiva el documental 'Ángel Nieto: Cuatro vidas', producido por Mediaset España y SuperSport.
Con motivo del aniversario, hablamos con Belinda Alonso, viuda de Ángel, sobre la vida sin él. Nos cuenta cómo está llevando su ausencia, lo que significó su excepcional figura, tanto la del campeón como la de la persona que no todo el mundo llegó a conocer, y lo que ha supuesto para ella y para Hugo, el hijo que tuvieron en común, rememorar su historia para el documental.
¿Cómo es el proceso de duelo?
Muy acompañada, sobre todo. Ángel dejó una estela de cariño en todas las personas, los que lo han conocido y los que solo lo admiraban por sus logros. Hay personas que tienen una energía especial. Ángel es una de ellas, era humilde y sencillo. Desde luego que ese es el legado que nos ha dejado a todos los que le rodeábamos y la gente, allá donde vamos, nos transmite ese cariño y respeto.
Sin ir más lejos, el otro día que me subí a un avión en turista, el comandante se enteró de mi presencia y me recibió como si estuviera con él. Ángel marcó hasta a ese camarero que un día cualquiera le puso un café. Esa estela de amor es maravillosa.
¿Es la religión un pilar fundamental en tu duelo?
No, nada. Yo no soy religiosa, soy católica de bautismo, como casi todo el mundo de nuestra generación en España, pero no soy nada practicante.
¿Cuál es el proceso entonces para intentar superar una pérdida?
Bueno, aunque nunca pensamos en esto, yo creo que la muerte es algo que ya va implícito al nacer. Aunque no soy religiosa, sí soy una persona de fe “entre comillas”. Pienso que el mundo y las personas tenemos una parte espiritual y otra física, y lo que tengo claro y, sobre todo cuando te ocurre una pérdida de un ser tan querido, como pudo ser Ángel o mi madre que falleció unos meses antes, es darse cuenta de que efectivamente hay algo que es imperecedero: el cariño y el amor que te dejan las personas con las que convives.
Llega un momento en el que físicamente, por desgracia, no están con nosotros, pero sí te queda todo lo que te han dado. Una parte de ellos siempre estará reflejada en los que les hemos querido. Esto es lo que yo siento. Llámalo religión, tradición o fe. Desde luego es algo que me ayuda a entender lo inexplicable. Nadie ha venido a explicarnos ni por qué sí ni por qué no.
¿Cómo es tu día a día desde la pérdida de Ángel?
Bueno (risas), mi día a día es bastante complicado, porque tienes que volver a encontrar tu sitio. Ángel siempre ha sido el que se ha encargado de todo. Hemos sido una familia normal. Tuvimos un hijo tarde, por lo que yo ejercí el papel de ama de casa, madre de mi niño, cole, actividades…lo habitual. No trabajaba en todos estos años y bueno, me he dedicado a acompañarlo y a hacer lo que hace cualquier señora que no ejerza ninguna profesión, como era mi caso.
Como se ve en el documental, sabemos que Ángel ante todo era compañero. Actualmente, ¿cómo es tu relación con ellos?
Muy buena, sigo manteniendo prácticamente la misma relación, esté o no esté Ángel. Siempre recibo muchísimo cariño y apoyo por parte de casi todo el mundo, y si alguno se ha quedado por el camino, será porque no era del todo interesante.
¿Qué piensas del documental? ¿Ha sido duro revivir la muerte de Ángel durante la grabación?
Ha sido un ejercicio duro sentimentalmente para Hugo (el hijo que tienen en común) y para mí. Ambos hemos colaborado bastante en la grabación. Es un orgullo este homenaje póstumo que le habéis hecho.
Además, esta docuserie la han realizado sus propios compañeros, los de Mediaset, con los que estuvo retrasmitiendo 7 años. Está hecho desde el alma por parte de todo el que ha participado. Creo que el objetivo, habiendo ya otros documentales muy válidos sobre su figura deportiva, era lograr transmitir el punto de cómo era Ángel. Era una persona excepcional, que ganó el campeonato del mundo 12+1 veces. Ha dejado su huella.