Philippa York: de némesis de Perico cuando era Robert Millar a abanderada del ciclismo femenino

Muy a su pesar, le tocó jugar el papel de villano oficial del ciclismo español en los 80. Era el escocés del pendiente que venía a la Vuelta a España a pelearle el triunfo a los nuestros y que siempre salía escaldado. Robert Millar (Glasgow, 1958) fue uno de los mejores escaladores de su época y ganador de la montaña en el Tour del 84, pero en la ronda española sufrió fracasos dolorosos en 1985, cuando Pedro Delgado le birló en el último momento una victoria que era prácticamente suya por culpa de la negligencia de su director, y en 1986, cuando hincó la rodilla ante Álvaro Pino. Hoy, muchos años después, Millar es Philippa York, pero sigue ligada al ciclismo como comentarista y analista de prestigio.

Vidas paralelas

De alguna manera, las vidas de Perico y Millar, personalidades totalmente opuestas -uno extrovertido y rebosante de encanto personal, el otro esquivo y extremadamente reservado-, siempre estuvieron ligadas. Millar fue una figura omnipresente en la carrera deportiva del segoviano, y viceversa.

Era el británico a quien Delgado perseguía en la bajada del Peyresourde en el Tour del 83 cuando se ganó el apelativo del 'loco de los Pirineos' por su temeraria forma de bajar. Y fue Millar el gran damnificado por la mítica gesta de Perico en la sierra madrileña que dio aquel inexplicable vuelco a la Vuelta del 85. Y también fue el escocés quien acompañó a Delgado en la gran cabalgada camino de Superbagneres que volvía a meter al español en la pelea del Tour del 89 tras su antológico despiste en el prólogo de Luxemburgo.

Perico dejó el ciclismo profesional en 1994 y Millar se despidió en 1995. El segoviano lleva décadas comentando Vuelta y Tour en TVE, mientras que Millar desapareció durante un tiempo de la vida pública hasta completar su transición. Dejó de ser físicamente Robert en 2003, aunque no reapareció públicamente como Philippa York hasta 2017. Hoy por hoy es analista para la prestigiosa revista CyclingNews, comenta el Tour para la cadena británica ITV4 y es una de las valedoras por el empuje del ciclismo femenino.

En 2022 Delgado y York, antaño enemigos íntimos, volvieron a cruzar sus caminos en un evento patrocinado por Marca, "un reencuentro bastante emotivo", en palabras de ella. "Todo un placer", según él. Pilippa no le guarda ningún rencor al rival que le arrebató 'in extremis' una Vuelta a España en la que había sido el más fuerte: "Me gustaba Perico como competidor y como persona. Sí, era mejor ciclista que yo, pero eso es solo una parte de las interacciones personales. Cómo corrió me gustó y cómo actuó más allá del ciclismo también me gustó".

Un secreto mantenido durante años

A pesar de que aquella derrota terminó marcando a fuego su carrera, Millar completó una gran palmarés. Además, de los dos segundos puestos en la Vuelta, añadió otro segundo en el Giro 1987 (más una etapa y el maillot de mejor escalador), además del Dauphiné de1990, etapas en el Tour de Francia, Romandía o Suiza. Abandonó el ciclismo a los 37 años tras proclamarse campeón del Reino Unido.

Estuvo casado con una joven francesa, Sylvie Transler, boda que se celebró en secreto mientras se avivaban los comentarios sobre el carácter huidizo del ciclista, reacio a conceder declaraciones a los medios, pese a las quejas de los patrocinadores de los equipos en los que militó. Philippa, que hoy tiene 64 años, afirmó durante una entrevista televisiva en 2018 que mantuvo su verdadera identidad en secreto durante años porque “estaba aterrorizada de causar un escándalo en los ochenta, cuando la gente aceptaba menos a la comunidad trans”.

En una entrevista en 'El Mundo' hacía revelaciones aún más íntimas: "A veces tuve que meter los problemas en algún sitio de mi cabeza y apagar el lado emocional. Simplemente no tener emociones, pero (...) tenía momentos donde no quería ser Robert Millar, el ciclista. Si pudiera haberlo hecho, habría comenzado el proceso de cambio de sexo cuando tenía 12 o 13 años y nunca hubiera existido el ciclista".

La escocesa, que tiene una hija, afirmó que, aunque no estaba contenta con esconder su condición, tenía la obligación de "proteger la seguridad y salud mental” de su entorno. "Las cuestiones de género ya no son un tema de ignorancia e intolerancia, hay una mejor aceptación y comprensión. Esto es un paso adelante para todos”, declaró cuando hizo pública su transición.

Por lo demás, Philippa aún sigue encontrando inspiración en su antigua némesis. "Los derechos humanos y la promoción del ciclismo o el deporte en general se ha vuelto más interesante para mí. Observo cómo Perico se involucra en el deporte, la ecología, el cuidado de las personas y encuentro eso inspirador", decía en 'Marca'.