Luis Rubiales ha optado por la huida hacia adelante disparando contra todos. Cuando parecía que, aunque fuese a regañadientes, terminaría dejando la presidencia de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) forzado por la presión social e institucional tras el escándalo protagonizado en la final del Mundial de Fútbol femenino, ha decidido enrocarse con contundencia: "No voy a dimitir, no voy a dimitir, no voy a dimitir. Iré hasta el final”. El mandatario se considera víctima de "un asesinato social" de lo que llama "falso feminismo" por el beso no consentido a Jennifer Hermoso, que sigue calificando como "un piquito (...) espontáneo, mutuo, eufórico y consentido".
Rubiales podía haberse ido de forma elegante (o todo lo elegante que podía ser a estas alturas), pero ha preferido instalarse en un discurso de masculinidad desfasada y victimista que no puede estar más alejado de la realidad. No queda más salida que su suspensión e inhabilitación por parte del Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), órgano del Consejo Superior de Deportes (CSD) y, posteriormente, la vía judicial. Más allá de lo que termine ocurriendo, el caso de Rubiales es un claro ejemplo de incapacidad para detectar cuándo una renuncia se torna inaplazable.
"La calidad de un directivo suele medirse en clave de talento, y cada vez más, en clave de humildad. Y parte de esa humildad, que es la base de la grandeza y generosidad de los líderes, pasa por saber reconocer cuándo es el momento adecuado para dejar el cargo que se ostenta", nos explicaba a Uppers Javier Blasco, director del Adecco Group Institute y experto en situaciones de crisis.
No hay una fórmula perfecta e infalible que te permita saber cuándo es el momento exacto en el que marcharse. Entender el 'timing' adecuado es muy complicado. Rubiales, esperando hasta la junta extraordinaria de la RFEF de este viernes ya había demostrado poco tino en este aspecto, pero su sorprendente decisión final, repartiendo culpas a diestro y siniestro sin asumir prácticamente ninguna (solo pide perdón "por el gesto de 'ole tus huevos"), excede cualquier tipo de hoja de ruta sobre cómo gestionar una situación de crisis.
Lo más importante en estos casos es "saber anteponer los intereses de la organización a la que te debes, de las personas que la componen, y de los colectivos que de ella dependen", subraya Blasco. Que la imagen profesional no salga excesivamente dañada de la crisis también es un elemento a tener en cuenta a la hora de tomar una decisión. "Es mejor irse 'por la puerta grande' que esperar a que la organización te fuerce a que abandones", añade el experto. Es decir, todo lo contrario que ha hecho Rubiales.
Al l abandonar la empresa que has dirigido tampoco sería conveniente mostrarse exaltado por la marcha ni mostrarse excesivamente compungido. Se trata de controlar las emociones para mantener la dignidad intacta: "Cuidar las formas, por más difíciles que sean las circunstancias, planificar la salida tanto como sea factible, cuidar -y exigir que la organización cuide- la estrategia de comunicacional interna y externa, definiendo el proceso de transición".
Con su actitud desafiante y victimista, Rubiales ha elegido salir de la manera más estruendosa posible. En su discurso en la RFEF incluso ha ofrecido al seleccionador, Jorge Vilda, la renovación para los próximos cuatro años "cobrando medio millón de euros al año", en un órdago que linda con lo hilarante.
Las reacciones no se han hecho esperar. "Lo que hemos visto hoy en la Asamblea de la Federación es inaceptable. El Gobierno debe actuar y tomar medidas urgentes: se acabó la impunidad para las acciones machistas. Rubiales no puede seguir en el cargo", ha dicho en Twitter la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Yolanda Díaz. "Vergüenza ajena", sentencia Iker Casillas. "Me sangran los oídos", añade De Gea.
Las propias compañeras de Jenni Hermoso han ido sumándose al mensaje enviado por Alexia Putellas en Twitter: "Esto es inaceptable. Se acabó. Contigo compañera". Horas después el CSD ha anunciado que el TAD incoará un expediente sancionador que permita la suspensión inmediata de Rubiales. El procedimiento será rápido y se producirá antes de que termine la próxima semana. "Actuamos a iniciativa propia (...) Queremos que esto sea el Mee too del fútbol español y que esto suponga un cambio. Yo les pido disculpas a las jugadoras, porque no merecían esta semana", afirmaba Víctor Francos, presidente del CSD, en rueda de prensa. El destino de Rubiales al frente del fútbol español está sellado, sí, pero hay formas y formas. Y las suyas han sido las peores posibles.