Ni un paso atrás. La gala de entrega de premios de la UEFA celebrada en Mónaco no quiso olvidar el caso Rubiales y se convirtió en un clamor contra los abusos de poder en todos los ámbitos, pero especialmente en el fútbol femenino. Sarina Wiegman y Aitana Bonmatí, mejor entrenadora y mejor jugadora del año, recordaron en sus discursos que aún queda mucho por hacer.
Que el seleccionador español, Jorge Vilda, no estuviera en la gala ya hacía prever que no se iba a llevar el premio a mejor técnico del año para la UEFA y la ESM. El galardón fue de nuevo (ya ganó el curso pasado) para Sarina Wiegman, seleccionadora inglesa a la que precisamente ganó en la final del Mundial.
En su discurso, la neerlandesa, de 53 años, tuvo palabras para lo ocurrido tras la final de Sídney con el beso en la boca no consentido de Luis Rubiales a Jenni Hermoso y dedicó el trofeo a las jugadoras de la selección española, para las que pidió un aplauso: "Quiero decir que lo que ocurrió en el equipo español me ha dañado mucho, estoy dolida como entrenadora y madre de dos hijas. En estos momentos deberían estar celebrando el título y no es así. Merecen ser escuchadas y respetadas".
Posteriormente, Aitana Bonmatí fue elegida mejor jugadora del año por la UEFA, por delante de su compañera en la selección española Olga Carmona y la internacional australiana Sam Kerr. La jugadora del Barcelona agradeció las palabras de Wiegman, admitiendo que "no están siendo buenos momentos en el fútbol español" y mandó un contundente mensaje.
"Hemos ganado un Mundial y no se está hablando mucho de ello. Creo que como sociedad no debemos permitir que se produzca abuso de poder en una relación laboral, así como tampoco debemos consentir las faltas de respeto. Me gustaría comunicar a todas las mujeres que sufren lo que sufrió Jenni Hermoso que estamos con ellas y espero que sigamos trabajando para que esta sociedad mejore", aseguró.
La centrocampista también dejó claro que para ella es "un orgullo y privilegio" haber sido elegida como mejor jugadora. "Me gustaría compartir este premio con mis compañeras, sin ellas no estaría aquí. Tengo la suerte de jugar con gente maravillosa que me hace mejor cada día. Y gracias al club y el equipo con el que juego", zanjó.
El presidente en funciones de la RFEF, Pedro Rocha charló después de la gala de la UEFA con Wiegman, le agradeció sus palabras y le pidió disculpas en nombre del fútbol español.