Seguro que más de una vez has bromeado con la frase de ‘fat but fit’, coloquialmente conocido como "gordo pero sano" y que en ocasiones utilizamos cuando consideramos que hemos cogido unos kilos de más pero en nuestra mente, seguimos empeñados en que preferimos darnos un capricho de vez en cuando en cuanto a la alimentación se refiere porque lo contrarrestamos acudiendo varios días a la semana al gimnasio. Sin embargo, ¿cuánto de verdad hay dentro de esas palabras?
El concepto de 'fat but fit' surgió en el año 1999 a partir de dos estudios publicados en el ACLS, más conocido como el Soporte Vital Cardiovascular Avanzado de la American Heart Association que enseña el manejo del paciente en paro cardíaco.
Estas investigaciones señalaron que las personas obesas pero en forma presentan un riesgo menor de mortalidad que aquellos que tienen un peso normal pero no hacen nada de ejercicio, desmontando de esta manera la leyenda urbana que indica que estás sano si estás delgado.
Con el paso de los años, se han llevado a cabo otros estudios que detallan todavía más lo expuesto. Tal y como señalan investigadores de la Universidad de Granada, las personas con obesidad pero metabólicamente sanas, es decir, libres de comorbilidades, tienen entre un 30 y un 50 por ciento menos de posibilidades de sufrir enfermedades cardiosvasculares.
Del mismo modo que llegaron a esta conclusión, también lo hicieron con que una persona que presenta un porcentaje graso normal, si además mantiene una rutina de ejercicio en su día a día, obtiene los mismos resultados que los mencionados con anterioridad. Por ello, una vez más, queda en evidencia que mantenerse en buena forma es beneficioso para nuestro organismo.
Sin embargo, por mucho deporte que hagas, la obesidad no deja de ser un tema controvertido. “En términos científicos se considera que hay un período de luna de miel desde que te conviertes en una persona obesa hasta que los resultados de tus análisis se ven afectados”, comenta en el vídeo situado arriba Boticaria García, experta en nutrición y autora del libro ‘Tu cerebro tiene hambre’, que además explica lo que las investigaciones al respecto cuentan sobre ello y cuál es el tiempo establecido que termina por desmontar la creencia de ‘fat but fit’.