Análisis socioeconómico de la Roja: ¿a qué se dedican los padres y madres de los jugadores?

Por las venas del fútbol europeo actual corre sangre migrante. Solo hacía falta ver a las estrellas del reciente torneo para comprobar que, de Mbappé a Bellingham, de Musiala a Ruben Vargas, la Eurocopa perdería mucho sin esa diversidad. España, de hecho, ha sido una de las más rezagadas en reflejar en su selección absoluta el complejo tejido social de un país en constante transformación. Pero los flamantes campeones de Europa, cuya imagen es ya indesligable de las de Lamine Yamal y Nico Williams, parecen querer dejar atrás esas diferencias. Un dato: durante las celebraciones por la obtención de otra Eurocopa, la de 2008, Pepe Reina se refirió a Marcos Senna como "nuestro Conguito". No parece que vaya a ocurrir nunca más.

Dicho esto, hay una prevalencia de la 'clase media' en esta selección. Con sus matices. ¿Los matices? La madre de un jugador como Nico Williams cruzó el desierto descalza y saltó la valla para entrar de manera 'ilegal' (dirían algunos) en España, y el padre de Dani Carvajal es policía. Pero ahí estuvo Carvajal, fundiéndose en un abrazo con Lamine Yamal, hijo de marroquí y ecuatoguineana, tras el pase de este para su gol ante Croacia. Cosas (muy deseables) del fútbol. Unai Simón es hijo de Guardia Civil. El padre de Laporte trabajaba en un supermercado y la madre de Nacho es empresaria. La de Cucurella es ama de casa, y la familia de Pedri regentaba un bar.

El sueño de muchos jugadores, todos ellos ya en la élite de La Liga, suele ser que 'quitarles del trabajo'. Algo que ha logrado Fermín, por ejemplo, cuyos padres se han pasado la vida como currantes, el como cartero y ella como empleada de una empresa. Todos están en posición de hacerlo, pero la mayoría de sus familiares dista mucho de querer vivir de los éxitos de los hijos, aunque estos se hayan embolsado, solo en esta Eurocopa, un promedio de 400.000 euros en primas.

Algo que seguramente nunca soñó Chari, la madre de Fermín, que le crió sola y trabajo de limpiadora hasta que su hijo fichó por el Betis... y empezó a trabajar de limpiadora para el Betis. Así, la madre limpiaba el mismo vestuario en el que se cambiaba el hijo hasta que este ficho por el Nápoles y finalmente Chari pudo descansar de esas labores.

La lista sigue: la madre de Lamine trabajaba en una cadena de comida rápida mientras que este jugaba en las divisiones inferiores, y el padre de Ferrán era el electricista de su pueblo en Valencia.

Económicamente, pues, prima la clase trabajadora en la Roja. Una clase reivindicada por algunos, como Fabián: "En mi familia son muy humildes y hasta les cuesta pedirme algo. Somos una familia llana, de pueblo" ha dicho en más de una ocasión.

Es decir, que hablamos de gente que alimenta con impuestos -por cierto, hacienda se queda con el 47% de esos 400.000 euros de prima- los servicios públicos de este país. Y eso sí que une a une a las personas. En el fútbol hay millonarios que se divierten pateando una pelota, es cierto, pero también hay pequeñas y grandes gestas de supervivencia y adaptación. Esas son las imprescindibles.