Estar en buena forma no solo es imprescindible para mantener la figura, sino que también por salud. Tus músculos estarán más fuertes y evitarás el sobrepeso, un factor de riesgo para muchas enfermedades, pero a veces eso de hacer deporte se nos complica un poco. Por ahora los gimnasios se mantienen cerrados por la crisis del coronavirus y cuando abran solo tendrán acceso grupos reducidos, por lo que si durante el confinamiento no lo has intentado, es el momento de montar tu rutina en casa. En especial los brazos, que muchas veces el empeño cae en bajar esa barriga que con la edad empieza a asomar, pero es importante mantener tus brazos bien fuertes.
Para entrenar en casa tampoco necesitas un gran espacio, puede ser en uno reducido que, mientras esté bien organizado, le podrás sacar el máximo partido. Y tampoco creas que por no tener elementos como unas pesas te vas a librar, tu salón está lleno de muebles perfectos para tu entrenamiento de brazos. ¿Preparado para hacerle la competencia a Thor?
Una silla, el sofá, la terraza o las escaleras pueden ser tus aliadas en caso de que no tengas los elementos necesarios para entrenar en casa. Así que si quieres tonificar tus brazos y ganar volumen, es hora de ponerse manos a la obra.
El primer ejercicio seguro que lo conoces: flexiones de brazos en el suelo. Por lo general se suele utilizar para el trabajo pectoral, pero durante la flexión se fortalecen varias partes de las extremidades superiores, en especial los tríceps y la zona delantera de los hombros. ¿Cómo hacerlas? Manos apoyadas en el suelo a la altura de los hombros y el cuerpo siempre recto tanto en subida como en bajada para que el ejercicio sea efectivo. De todas formas, existe una variante para trabajar de forma específica los tríceps. En este caso, las manos estarán más juntas, y en el momento de la flexión debes intentar no separar los codos de tu cuerpo.
¡Seguimos con tríceps! Ahora sí, vas a necesitar un escalón, una silla o el sofá. Te vas a colocar delante del elemento que elijas, pero dándole la espalda, mientras apoyas las palmas de las manos en el borde a la altura de tus hombros. Extiende las piernas para que tus rodillas queden flexionadas y la parte central de tu cuerpo suspendida en el aire. Es el momento de trabajar flexionando los codos mientras tu cuerpo sube y baja.
Por ahora has trabajado bastante los tríceps, una zona del brazo que a veces pasa desapercibida pero que es importante tonificar, así que ahora es el turno de los bíceps, el músculo más visible y del que más nos gusta presumir. Para estos ejercicios lo ideal es tener algunas pesas o mancuernas en casa, pero si no tienes puedes crearlas tú mismo: unas botellas con agua o arena o alguna mochila con un agarre que puedas rellenar con peso.
El primero es el llamado curl de bíceps. Aunque por el nombre no lo conozcas, te avisamos que si no lo has hecho, sí lo has visto miles de veces. Con una mancuerna en la mano con el brazo estirado, doblas el codo para llevar tu muñeca hasta el hombro y vuelves a bajarlo. Es uno de los ejercicios más básicos y efectivos para el trabajo de bíceps, pero debes tener cuidado con no separar los codos del cuerpo y mantener la espalda en una posición recta para no arquearla.
Ahora que tienes las mancuernas en la mano, debes aprovechar para trabajar los hombros mientras fortaleces el resto de músculos. Para ello un buen ejercicio son las elevaciones laterales. Con una mancuerna en cada mano, ya sabes que puedes usar otros elementos que encuentres en casa, elevas los brazos hasta que quedan alineados con los hombros y en paralelo al suelo, es decir, en forma de cruz. Bájalos lentamente y mucho cuidado con llevar los hombros a las orejas, mantenlos atrás y saca un poco el pecho para lograr una buena posición.
Si pensabas que por estar en casa te ibas a librar de hacer ejercicio estabas equivocado. Hacer estas series unas tres veces a la semana te permitirá fortalecer y tonificar tus extremidades superiores para ganar algo de músculo y mantenerte en forma. Cuida tu posición mientras realizas los distintos ejercicios y no fuerces más de la cuenta, empieza con un peso cómodo para poco a poco ir aumentándolo y ver como tu capacidad cada día es mayor. ¡Que nada te pare!