Desde que llega el frío los amantes del esquí están deseosos de coger su traje y sus tablas para irse a la montaña y disfrutar (por fin) de su deporte favorito durante unos días. El problema está en que, aunque el frío ya vuelve a ser el protagonista de cada día, el otoño no trae grandes nevadas, por lo que lo de ir a esquiar se puede complicar un poco hasta que llega la temporada de invierno y caen las primeras nieves contundentes. Pero siempre hay opciones y algunas estaciones o montañas europeas que mantienen la nieve todo el año, por lo que, aún en otoño, es posible hacer una escapada y disfrutar mientras te deslizas montaña abajo.
Suiza es, probablemente, uno de los países más espectaculares para irse unos días de esquí. A pesar de su pequeño tamaño, dentro de su territorio se encuentran algunos de los más importantes y altos picos de los Alpes que mantienen sus nieves todo el año, como es el caso de esta estación. Es una de las más famosas de toda Suiza, que se suele mantener abierta desde los primeros días de julio y en octubre comienzan a abrir nuevas pistas ante el aumento de nieve.
Seguimos en el país alpino, pues ya te decíamos que es un territorio ideal para irse en otoño a disfrutar del esquí. Su altura es impresionante, ya que se puede subir en telesilla hasta una altura que roza los 4.000 metros. Eso sí, durante esta época no hay que esperar una gran pista, aunque según avanza octubre y nos adentramos en noviembre sus kilómetros disponibles para esquiar aumentan considerablemente.
Seguimos en los Alpes, pero en esta ocasión nos trasladamos a Francia. Esta estación suele mantenerse abierta al público durante todo el año y cuenta con unos 20 kilómetros de pista y unas bajadas suaves que la hacen perfecta para el disfrute de los aficionados y también para los primeros entrenamientos del año de muchos profesionales. Y ojo que según avanza el invierno y las nieves cuajan se abren nuevas pistas y hay más kilómetros disponibles.
Ahora toca irse hasta Austria, dejando claro que el centro europeo es, al menos en otoño, el punto perfecto para practicar esquí en el continente. La estación se encuentra por encima de los 3.000 metros y está coronada por la presencia de dos glaciares a los que hay que darles las gracias por mantener la zona con nieve apta para el esquí durante prácticamente todo el año. No es de extrañar que sea una de las estaciones favoritas para disfrutar del deporte durante estos meses otoñales.
Esta es otra de las estaciones austriacas en las que la nieve tiene una gran presencia a lo largo de todo el año. De esta manera, en esta época, que no es precisamente la más fuerte para la práctica de esquí, se puede llegar a tener disponible unos 22 kilómetros de pista para dar rienda suelta a tus palas montaña abajo por encima de los 3.000 metros de altura.
En esta ocasión toca viajar a Italia, con una gran amplitud, más de 100 kilómetros de pista que permiten practicar esquí en diferentes alturas y que en noviembre ya suele tener sus zonas más importantes abiertas. Además, la zona del pueblo suele ser conocida por su restauración, donde comer y beber es otra atracción turística más para sus visitantes. ¿Qué más se le puede pedir?
Los países escandinavos también tienen su protagonismo en el esquí otoñal, como es el caso de esta estación de Noruega. Es cierto que es una estación con una altura mucho menor a la de otras que se pueden encontrar en el centro de Europa, pues más o menos llega a unos 1.600 metros, pero sus nieves permiten el esquí incluso en los meses de verano. Sus vistas son impresionantes, pudiendo ver mientras se desciende grandes valles e impresionantes fiordos.