Todos recordamos las grandes gestas deportivas de nuestra época. El 10 perfecto de Nadia Comaneci en Montreal 76; la serenidad de Olga Kórbut en sus rutinas de barras; el meteórico descenso del Tourmalet de Miguel Induráin en el Tour de Francia del 93; Usain Bolt erigiéndose como el rey absoluto de la velocidad en Pekín 2008, Londres 2012 y Rio 2016… Un cúmulo de hazañas solo empañadas por la sombra del dopaje, que pese a su volumen irrisorio en España -48 pruebas positivas de un total analizado de 5.706 en 2019, el 0,8 %, según la Estadística de Control de Dopaje del Ministerio de Cultura y Deporte-, consigue empañar el esfuerzo de los deportistas honestos.
Podría parecer un resultado inofensivo, pero lo cierto es que el dopaje es una realidad que difícilmente desaparecerá del deporte profesional. No solo lo dicen los datos; también las opiniones de algunas voces a tener en cuenta. El divulgador científico José Manuel López Nicolás, autor de La ciencia de los campeonesLa ciencia de los campeones (Planeta, 2021), afirma en el capítulo dedicado a esta vertiente del deporte que será complicado deshacerse de este lastre.
"Veo muy difícil, por no decir imposible, que se logre erradicar de forma absoluta los intentos de dopaje entre los deportistas. (...) Sí pienso que el desarrollo de nuevos métodos científicos de detección de dopaje y la mayor implicación de las autoridades está logrando reducir esta práctica entre deportistas. Pero los tramposos seguirán estando ahí", vaticina el autor. Como comenta López Nicolás, siempre habrá quien intente coger atajos para subir a lo más alto del podio, porque "va en la condición humana".
Datos y opiniones al margen, si algo ha conseguido el dopaje en clave positiva es dar a conocer un subgénero humorístico a tener en cuenta: la fabricación de excusas inverosímiles por parte de los deportistas pillados. Da fe de ello el autor Dani Rodríguez en su Ilustrepedia: Enciclopedia del Desconocimiento, "un sinfín de información irrelevante" extraída a partir del programa Ilustres Ignorantes, copresentado por Pepe Colubi, Javier Coronas y Javier Cansado.
Estas son algunas de las excusas más inconcebibles de algunos de los deportistas que fueron pillados en controles antidopaje.
El exfutbolista italiano, ganador del Balón de Oro en 2006, fue pillado en un control en el año 2009. Saltó un aviso positivo en corticoides y su reacción fue asegurar que se había tomado el fármaco para curarse una picadura de avispa. Años después, el Comité Olímpico Italiano (CONI) confirmó la veracidad de su versión, y el caso fue archivado.
Ganador del Giro de Italia en 2001, Simoni dio positivo en cocaína en el año 2002. Su reacción fue de sorpresa, pero lo que de verdad se recuerda es la justificación del hecho, recogida por la agencia EFE. Al parecer, a Simoni le dolía la garganta y su tía, presuntamente, le ofreció unos caramelos importados de Perú que supuestamente venían adulterados con cocaína.
El exciclista neerlandés, profesional durante casi 20 años, fue pillado en un control rutinario. Dio positivo en estricnina. Para explicar aquel suceso, aludió a una de las historias más inverosímiles que se recuerdan: su padre "criaba" palomas y las adulteraba con este componente para "competiciones". Al parecer, el pobre van der Poel comió un pastel de paloma, de las de su padre, y aquello derivó en el mencionado positivo.
El atleta norteamericano aludió al sexo cuando dio positivo en testosterona. Ni corto ni perezoso, especificó que la noche anterior al control había practicado mucho sexo y había consumido cantidades ingentes de alcohol.
El saltador cubano, dueño del récord mundial de salto de altura con 2,45 metros, fue positivo en cocaína durante los Juegos Panamericanos en Winnipeg, Canadá, en el año 1999. Tanto él como el gobierno de Cuba explicaron que la CIA podría haber contaminado su comida para destruir la imagen del atleta, uno de los estandartes del régimen.
El tenista francés, uno de los grandes nombres de la ATP de los últimos años, dio positivo en cocaína en un torneo en Miami. Su justificación, que en un primer momento fue tomada a risa por parte de los medios y el público, terminó siendo su salvaguarda. Según su defensa, Gasquet acudió a una fiesta y conoció a una chica que, presuntamente, consumía recurrentemente esta sustancia. Se besó en repetidas ocasiones con ella y terminó yéndose. El control antidopaje mostró que el tenista triplicaba el límite de cocaína en sangre y fue inhabilitado durante 12 meses. Pero finalmente, gracias a su historia, la sanción pasó a ser de mes y medio, por lo que pudo volver al circuito de inmediato.
Se trata de una de las excusas más famosa de la historia del deporte. Atleta de marcha olímpica, a Plaza le pillaron en un control con altas dosis de nandralona. Según el diario francés L'Équipe, el deportista lo vinculó directamente con un cunnilingus a su esposa.
Si te interesa lo que hay detrás de las gestas deportivas -incluido el dopaje tecnológico-, puedes echar un ojo a este vídeo de José Manuel López Nicolás, en el que explica en tres puntos los objetivos de su libro, La ciencia de los campeones (Planeta, 2021).