Nunca es tarde para engrasar nuestra maquinaria y poner a punto los 650 músculos que conforman nuestro cuerpo. Nuestros tres protagonistas se decidieron a hacerlo pasados los 40 y tanto su físico como su estado de salud son hoy envidiables. ¿El secreto? "Tan simple como completar el ejercicio físico con hábitos de vida saludable", dice Fito Florensa, director de Koa Center. Su consejo es empezar con un chequeo inicial para detectar riesgos, calcular la intensidad de esfuerzo real de cada persona y estudiar déficits biomecánicos. Luego habrá que evaluar su fuerza, flexibilidad, resistencia, coordinación y equilibrio. Y, finalmente, poner a prueba nuestro tesón.
Marta Rosado, directora del centro de entrenamiento que lleva su nombre, añade una razón más para empezar: "Ese tono físico, tan valorado en unos tiempos en los que se rinde un desmesurado culto a la juventud, redunda en un estado intelectual óptimo (mens sana in corpore sano)". Con voluntad, fe y constancia, no es extraño que vayamos estrenando décadas con un potencial físico que dejaría tumbado a nuestro yo de 20 años. Jesús, Raquel y Patricia nos cuentan cómo lo están alcanzando.
"Nunca he estado gordo, pero sí me molestaban unas incipientes lorcitas que amenazaban con aumentar. Aprovechando esa alarma, decidí tomarme en serio el entrenamiento físico y mi estilo de vida. El ejercicio, acompañado de buenos hábitos (nada de alcohol, grasas, azúcar o comida procesada), empezó a transformarme por dentro y por fuera. Esto fue muy gratificante para continuar e imponerme nuevos retos", relata este empresario, quien confiesa orgulloso y con un gran sentido del humor que, además de que le echan menos de 40, se siente mejor que dos décadas atrás.
Entrena varias veces por semana en KOA Center bajo el seguimiento de un equipo multidisciplinar. "Empezó con una buena base de entrenamiento y sin lesiones, pero necesitaba no solo ganar tono y peso muscular, sino control de las palancas articulares", explica Ignacio Muro, su médico deportivo. Ahora se mueve mucho mejor y ha definido músculos que antes ni sabía que tenía. Todos los parámetros de la salud y de bienestar emocional han mejorado notablemente. "También mi postura ha cambiado y soy capaz de entrenar con intensidad sin sufrir sobrecargas musculares o articulares", añade Jesús.
Su dietista y nutricionista, Áurea Peña, aporta su granito de arena mejorando su calidad nutricional. "Ha aprendido -dice- a disfrutar de la comida sana y a escoger opciones saludables cuando come fuera de casa, priorizando alimentos vegetales y cocciones no muy elaboradas". Todo ello ha repercutidos en su composición corporal: menos porcentaje de grasa y mayor masa muscular.
Sus entrenadores ven en Jesús un claro ejemplo de que el ejercicio depende más de tomar la iniciativa que de la edad. Las técnicas de artes marciales que trabaja con Jordi Sonet le han venido bien porque entrena descalzo y activa musculatura sobreprotegida por el calzado habitual. "Además -señala el entrenador- te mueves en todos los planos y ejes del movimiento, es divertido y no percibes tanto la intensidad del esfuerzo como, por ejemplo, corriendo". Para Jesús, integrar estas técnicas ha sido decisivo para reducir los niveles de estrés o cansancio con los que a veces llega.
Sobra decir que toda esta mejoría en su condición física exige un compromiso muy alto. Pero los resultados no pueden ser más estimulantes, según menciona Ferrán Bochaca, su entrenador físico: "Ha aumentado sus valores absolutos de fuerza y ha conseguido, gracias a un porcentaje de grasa bajo, definir su musculatura. Ya no tiene molestias en la espalda, duerme mejor, tiene mayor flexibilidad y se cansa menos en sus largas e intensas jornadas de trabajo".
¿Objetivos cumplidos, entonces? "Hemos llegado a todos los objetivos que nos hemos planteado, consiguiendo un cuerpo más ágil y compensado. Podría ser un referente para cualquier persona de su edad, pero no ha tocado techo y esperamos seguir mejorando durante mucho tiempo", concluye Bochaca.
Goza de un excelente estado físico, masa corporal óptima, agilidad y dinamismo que envidiarían muchos con menos de 30 años. Cuenta que siempre fue deportista, pero carecía del equilibrio y tono físico. Su entrenadora, Marta Rosado, le marcó una ruta sencilla y divertida, muy adecuada a sus características personales y dirigida a lograr ese estado físico óptimo que Raquel consiguió y, además, logró mantener.
Con sus 56 años, no solo manifiesta encontrarse mucho más en forma que cuando comenzó, sino que se plantea nuevos retos cada día y asegura sentirse más a gusto y con mejor figura que muchas treintañeras. Por supuesto, mucho mejor que cuando ella misma tenía esa edad.
Cuando llegó a Personal by Marta Rosado, venía lastrada a causa de un accidente de tráfico que padeció en su juventud. Sus secuelas supusieron una dificultad añadida a su vida deportiva y a la búsqueda de ese estado físico perfecto. "Nunca me di por vencida y me sobrepuse a las dificultades". Pletórica de voluntad y fe y manteniendo la ilusión, alcanzó el objetivo.
Sin duda, se ve mucho mejor ahora con 47 años que un tiempo atrás. Igual que ella o Raquel, Rosado asegura que podría hablar de numerosos testimonios de personas que, habiendo empezado con cierto desánimo y fuera de su forma óptima, sienten que su vida ha cambiado. "Nunca es tarde, aunque parezca un tópico. Realmente con ilusión, ánimo y perseverancia, se puede llegar a conseguir ese cuerpo 10 que todos queremos lucir y sobre todo disfrutar. No olvidemos que el buen tono físico nos va a reportar un inmejorable estado anímico e intelectual".