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Los Angeles Lakers consiguieron hace dos días agrandar la leyenda de la franquicia tras ganar a Miami Heat el anillo de campeón de la NBA. El título ha sido, como era previsible, un homenaje continuo a la figura de Kobe Bryant, fallecido el pasado 26 de enero junto a su hija Gianna en un accidente de helicóptero. En medio del júbilo ha emergido, sin embargo, otra estrella mucho menos mediática pero con un gran peso dentro de la franquicia de Los Angeles. Jeanie Buss se ha convertido en la primera accionista mayoritaria en conseguir el anillo de campeón para su equipo. En un mundo tan masculino como el de la NBA, mayormente dominado por afroamericanos, una mujer empoderada y rubia de 59 años ha conseguido marcar un hito en la historia de este deporte. Esta es Jeanie Buss.
Jeanie Buss es hija de el empresario inmobiliario Jerry Buss, que adquirió el equipo de Los Angeles Lakers a finales de la década de los 70. Se licenció en la escuela de negocios de la Universidad Sur de California y muy pronto se lanzó en su carrera de gestión deportiva. Dirigió un equipo de tenis a los 19 años (propiedad de su padre) y años más tarde fundó un equipo de hockey, por el que fue ampliamente reconocida. Sin embargo, en 1995 decidió dar el salto a la NBA y se colocó como vicepresidenta de Los Angeles Lakers en 1999, el club que había adquirido su padre en 1979.
Después del fallecimiento de su padre en 2013, víctima de un cáncer, comenzó una dura batalla legal por ver quién se posicionaba como su sucesor. El deseo del padre era que Jeanie fuera la propietaria y su hermano Jim llevase las operaciones deportivas. Sin embargo, a Jim pareció no gustarle que su hermana tuviera más galones e inició una especie de golpe de estado para sacar a Jeanie como propietaria, después de haber sido depuesto de su cargo como vicepresidente por ella misma en 2017 tras años de malos resultados. Jeanie se adelantó, denunció a su hermano ante los tribunales y la justicia terminó dándole la razón. Sobre Jim, Jeanie se limitó a decir que había sido "inadecuado", según recogió Los Angeles Times.
Después de reformar la cúpula ejecutiva, arreglar los problemas legales de su hermano y tomar el control de Los Angeles Lakers, Jeanie tuvo que enfrentarse al trágico suceso de la muerte de Kobe Bryant, con quien tenía una estrecha relación. Él había sido una de las personas que le habían animado a tomar el control de la franquicia de Los Angeles y su pérdida supuso un varapalo anímico tremendo. Pero lejos de hundirse, Buss rearmó el equipo, trajo a estrellas como Lebron James o Anthony Davis y terminó por conquistar un anillo que se ha convertido en un homenaje a 'Mamba', pero también a ella y su gestión.
Su figura ha despertado un odio reaccionario alimentado por ciertos sectores de la prensa estadounidense, todavía más después de que lograra hacerse convertirse en la accionista mayoritaria. Hace unos meses denunció en Instagram la carta que le había enviado una persona en la que se dirigía a ella como 'querida puta' y le deseaba que se juntara con Kobe Bryant (ya fallecido).
También se posicionó contra el racismo tras el asesinato de George Floyd por parte de un policía estadounidense. En un comunicado compartido por ella y firmado como Los Angeles Lakers, la ejecutiva rechazaba cualquier forma de racismo y se mostraba, de esta forma, a favor del parón que muchos equipos de la NBA realizaron como protesta por la violencia racial contra los negros en Norteamérica. Ello también provocó críticas hacia su persona.
Sin embargo, ni las amenazas machistas ni cualquier otro suceso ha podido con su afán de gestión, sino que ha terminado catapultándola como la primera accionista mayoritaria que gana el anillo de la NBA. Una consecución importante, tanto en la historia del deporte como en la de las mujeres. Jeanie Buss es una gestora, una propietaria, pero también un ejemplo de empoderamiento femenino llevado al máximo nivel.