La fiebre de los NFTs (Non Fungible Tokens) sigue subiendo y expandiéndose a más y más industrias. A pesar de las voces críticas que no han dudado en señalar el fuerte impacto medioambiental que tienen este tipo de activos digitales, cada vez son más quienes deciden trabajar con ellos. Prueba de ello tenemos, cómo no, en el vasto mundo de internet, donde día sí y día también podemos ver a artistas promocionando sus obras en el mercado de los NFT. Solo un par de datos: en instagram, el hashtag nftart (arte nft) acumula ya más de un millón de publicaciones, y la cuenta nft, en la que se publican diversas noticias relacionadas con el sector, acumula medio millón de seguidores. Casi nada.
Además del mundo del arte en el sentido más pictórico de la palabra, los NFT también se han abierto hueco en otros muchos sectores. Es el caso de los videojuegos, donde cada vez hay más títulos basados tanto en este tipo de activos como en las propias criptomonedas, la música, donde diversos grupos y cantantes han empezado a vender este tipo de activos, como Kings of Leon, que ha presentado un nuevo disco bajo este formato, Grimes o The Weeknd, o el deporte, donde los NFT parecen haberse convertido en una nueva y poderosa fuente de ingresos.
Hace unas semanas, en septiembre, saltó la noticia de que La Liga entraría en el mercado de los NFT. A través de un acuerdo de cinco años con Sorare, una plataforma de intercambio de cromos virtuales de más de 150 clubes de fútbol financiada por los futbolistas Gerard Piqué y Antoine Griezmann y con más de 500.000 usuarios registrados, la máxima competición de fútbol española lanzaría cromos virtuales enlazados a NFTs de todos sus jugadores con el objetivo de aumentar tanto sus beneficios como la conexión con los aficionados, que podrán intercambiar y jugar libremente con estos cromos en el juego ‘fantasy’ de la compañía, un tipo de juego en el que los usuarios crean sus propios equipos de fútbol y ganan puntos en función del rendimiento, en la vida real, de los jugadores en la liga.
Este acuerdo sigue la estela de la NBA, que en 2019 decidió aliarse con Dapper Labs para crear y poner a la venta sus propios NFT, los NBA Top Shot, que recogen fragmentos de las jugadas más destacadas de la competición. Este tipo de activos se han hecho extremadamente populares en este último año y, hasta la fecha, han movido más de 230 millones de dólares (en torno a 189 millones de euros), siendo el cromo más popular un mate de Le Bron James con los Lakers en 2020 que está cotizado a 240.000 dólares (sobre 198.000 euros).
Los NFTs que Solare utiliza son limitados, es decir, la compañía solo saca una cantidad determinada de cromos por cada jugador de los clubes con los que tiene firmado el contrato. Aquellos que consiguen hacerse con los más destacados pueden conseguir más victorias en el juego y optar a recompensas en el mundo “físico”, como puede ser un encuentro con los jugadores. Fruto de este modelo de juego, en este tipo de cromos es habitual que se forme un mercado secundario en el que los cromos pueden alcanzar precios astronómicos. Un ejemplo: en marzo, un cromo de Cristiano Ronaldo se vendió por casi 300.000 dólares (en torno a 242.500 euros).
A través de este tipo de intercambios, que pueden recordarnos a los intercambios de cromos y tazos del recreo (aunque con valores mucho más elevados, claro), el sector puede aumentar la fidelización de los aficionados y generar mayores ingresos. Estos NFTs, no obstante, no son la única muestra de la “tokenización” del sector deportivo. A raíz del fichaje de Leo Messi por el PSG, en los últimos meses han ganado popularidad un tipo de activos digitales que, al igual que estos cromos NFT, también buscan reforzar las arcas y relaciones de los clubes con los aficionados.
Son los conocidos ‘fan-tokens’, un tipo de criptoactivos que, a diferencia de las criptomonedas, necesitan usar las redes de blockchain de un tercero. Este tipo de archivos mueven actualmente unos 550 millones de dólares al año (460 millones de euros), pero, según las previsiones de sus promotores, podrían llegar a alcanzar los 10.000 millones de dólares (en torno a 8.400 millones de euros) de cara a los próximos años.
Este tipo de criptoactivos permite a los aficionados que los adquieran acceder a distintos tipos de ventajas, como pueden ser descuentos, promociones exclusivas o incluso en las decisiones deportivas del equipo. De este modo, los clubes pueden tanto mejorar sus ingresos como reforzar su relación con los aficionados, especialmente con aquellos que viven fuera del país.
La compañía creadora del fan- token del PSG y de otros equipos como el Atlético de Madrid, la Juventus o el Fútbol Club Barcelona es Socios.com, una plataforma de blockchain que trabaja con más de 50 organizaciones deportivas de casi una veintena de países, en ocho modalidades deportivas distintas. Hasta ahora, la empresa, a través de su app, ha sacado ‘fan tokens’ de 35 de estas 50 organizaciones, pero de cara a finales de año espera aumentar su número de partners a 100 y sacar el ‘fan token’ oficial de entre 70 y 80.
Además del fútbol, Socios.com también ha elaborado fan token para escuderías de Fórmula 1, como Alfa Romeo y Aston Martin, y para clubes de esports como Heretics y Allianz. La utilidad de los fan tokens de la compañía es la misma para todos los equipos con los que trabaja, pero las recompensas y beneficios las establece cada organización.
Los ‘fan token’ se lanzan al mercado a través de las “fan token offering”, en las que se ponen a la venta un determinado número de estos activos a un precio fijo acordado entre la organización y Socios.com durante un periodo de tiempo limitado.
Estos activos suelen tener un precio de entre uno y dos euros y suelen sacarse en tiradas de entre 200.000 y un millón, dependiendo del tamaño de la organización. Una vez se agote esta tirada inicial, los fan token vuelven a salir al mercado, pero esta vez con un precio fijado por la oferta y la demanda del activo.
Para participar en las decisiones de los clubes, solo se necesita adquirir un único fan token, pero, cuanto más se tengan, más poder de influencia se tendrá. No obstante, para evitar que algunos usuarios tengan demasiado poder de influencia, los clubes restringen el máximo de activos que se pueden tener.