¿Cuántas horas tienes que dormir según tu edad para tener el corazón y el cerebro sano?

  • La Asociación Estadounidense del Corazón ha actualizado sus recomendaciones para poder disfrutar de una buena salud cardiovascular y ha incluido el descanso como un factor a tener en cuenta a la hora de vigilar la salud del corazón y el cerebro

  • Desde el organismo señalan que lo ideal es que los adultos duerman entre siete y nueve horas al día y advierten que dormir menos puede tener graves consecuencias para la salud

  • La AHA también ha incorporado una nueva guía para evaluar la calidad de la dieta de los adultos y niños a nivel individual

Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en todo el mundo, por delante del cáncer, la diabetes o las enfermedades crónicas respiratorias. 

Según las estimaciones de la OMS (Organización Mundial de la Salud), cada año fallecen alrededor de 17,9 millones de personas aquejadas por este tipo de dolencias, que afectan al corazón y a los vasos sanguíneos y que incluye, entre otros, cardiopatías coronarias, enfermedades cerebrovasculares y cardiopatías reumáticas. De estas muertes, además, se calcula que cuatro de cada cinco son consecuencia de una cardiopatía coronaria o de accidentes cerebrovasculares, y que al menos un tercio se producen de manera prematura.

Detrás de estas enfermedades se pueden identificar diversos factores de riesgo. Algunos no son modificables, como la edad, el sexo, la raza o los antecedentes familiares, pero otros, como el sedentarismo, la hipertensión arterial, la diabetes o el sobrepeso y obesidad, sí son modificables y, de mantenerlos a raya, podrían prevenir alrededor del 80% de estas afecciones. 

Recientemente, la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA, según sus siglas en inglés) ha actualizado sus recomendaciones para poder disfrutar de una buena salud cardiovascular. Estas recomendaciones se definieron por primera vez en 2010 para dar a conocer los factores que influyen en la salud del corazón y el cerebro.

En un primer momento, estas recomendaciones, que se dividieron en conductas y factores de salud, fueron siete: la dieta, la actividad física, la exposición a la nicotina, el índice de masa (IMC), los lípidos en la sangre, la glucosa en la sangre y la presión arterial. Ahora, más de una década después y con mucha más literatura médica de por medio, la AHA ha actualizado su lista y añadido un nuevo factor más: el descanso

¿Cuántas horas hay que dormir para tener buena salud cardiovascular?

Tal y como señalan desde la AHA, el tiempo de descanso del que disfruta una persona está estrechamente relacionado con su salud cardiovascular, por lo que, si queremos reducir el riesgo de sufrir alguna de las enfermedades que afecta a este sistema, es imprescindible que durmamos un mínimo de horas todos los días, pese a lo difícil que pueda resultar con algunos horarios. 

En concreto, desde la Asociación Estadounidense del Corazón señalan que lo ideal es que los adultos duerman entre siete y nueve horas al día y advierten de que todo descanso que se encuentre por debajo de este mínimo supone un peligro para la salud que puede desencadenar en grandes problemas. 

Además, en el caso de los niños, la Asociación señala que los menores de cinco años deben dormir entre 10 y 16 horas al día, que los que tienen entre seis y doce años deben dormir entre 9 y 12 horas y que los que tienen entre trece y dieciocho años deben dormir entre 8 y 10 años.

Según declaró Donald M. Lloyd-Jones, el presidente de la Asociación Estadounidense del Corazón, el sueño influye en general en todos los aspectos de la salud, y aquellas personas que descansan correctamente y tienen buenos patrones de sueño son capaces de manejar de manera más efectiva otros factores de riesgo cardiovascular, como el peso, la diabetes de tipo 2 o la presión arterial. 

Además de añadir el descanso entre los factores de riesgo que favorecen el desarrollo de una enfermedad cardiovascular, la AHA también ha incorporado una nueva guía para evaluar la calidad de la dieta de los adultos y niños a nivel individual y ha incorporado los efectos, nocivos, que tienen los dispositivos de vapeo y cigarrillos electrónicos. Asimismo, también actualizó las medidas que se utilizan para medir los niveles de lípidos y glucosa en sangre.