Dormimos mal. No es ninguna novedad que en España nuestro sueño, sobre todo su calidad, podría mejorarse considerablemente. Nuestro modo de vida tiene mucho que ver. Cenamos más tarde que en otros países europeos y cuando nos sentamos a ver la televisión antes de ir a la cama resulta que puede que ya queden menos de ocho horas para que te suene el despertador. Detrás de un mal descanso hay mucho más que ojeras, pues puede provocar desde hipertensión hasta problemas cardiovasculares o de sobrepeso, hasta a nuestro estado de ánimo. ¿Cuántas horas hay que dormir para tener una vida más sana y feliz? El número es importante, pero también que nuestro sueño sea de calidad.
El insomnio ya es considerado un problema de salud pública por muchos neurólogos ante la ola de trastornos de sueño que llega a la atención primaria. El resultado principal es el insomnio, que no solo va por la incapacidad de conciliar el sueño, también hace que este no sea reparador. Todo esto tiene repercusiones en el día a día y a largo plazo aumentado el riesgo de enfermedades cardiovasculares o de demencia. Problemas que también llegan a los niños y adolescentes, en los que la falta de sueño puede acabar en fracaso escolar.
No todas las personas necesitan la misma cantidad de sueño para conseguir una vida saludable y un mejor ánimo, y el principal factor es la edad. Son precisamente los niños pequeños los que más necesitan dormir. Los bebés de 4 a 12 meses deben dormir entre 12 y 16 horas diarias; entre el año y los dos necesitan entre 11 y 14 horas de sueño; mientras que entre los 3 y los 5 su necesidad es algo menor, de 10 a 13 horas.
Los niños más crecidos, de los 6 a los 12 años, deben descansar entre 9 y 12 horas diarias. A partir de los 13 y hasta los 18 lo mejor es dormir de 8 a 10 horas. Ya en la edad adulta siguen bajando las horas que cada uno necesita. Los adultos de hasta 64 años bastaría con un rango de sueño de entre 7 y 9 horas. Algo menor a partir de los 65, que se necesitan de 7 a 8 horas.
Para estar más sanos, con más energía por las mañanas y, en general, más felices, es primordial seguir una serie de pautas que nos permitan dormir las horas que nuestro cuerpo necesita y que, además, ese sueño sea reparador.
Por un lado, hay que intentar marcar un horario fijo para irse a dormir cada día, incluido festivos y fines de semana. En caso de ir al gimnasio o hacer cualquier otro tipo de actividad física, se aconseja hacerlo lo más alejado posible de la hora de irse a la cama para no tener el cuerpo demasiado acelerado.
Hay que intentar olvidarnos de las pantallas y no estar con el móvil u otros dispositivos, incluida la tele, antes de irnos a la cama, además de dejarlo en silencio para que no nos moleste. También es importante evitar la cafeína y el alcohol, así como mantener unas buenas condiciones de iluminación, temperatura o ruidos en la habitación. Y, por supuesto, un buen colchón y almohada.