El cáncer de próstata es uno de lo que más preocupa a los varones en todo el mundo. En España, según estimaciones de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) a lo largo de este año se van a detectar 29.000 nuevos casos de los 260.000 que hay ya diagnosticados en nuestro país, volviendo a ser el más detectado entre los hombres españoles un año más por delante del de colon y recto y el de pulmón. Para una correcta recuperación y tratamiento, es necesario un diagnóstico precoz.
Cumplir 50 años suele ser una fiesta. Llegar al medio siglo hay que celebrarlo. Sin embargo, los 50 traen consigo otra cosa, es prácticamente obligatorio revisar la próstata cada año para asegurarnos de que todo está bien. ¿Cómo es ese examen? Por lo general un cuestionario de salud, una analítica (que vigila el valor del PSA, el antígeno prostático específico), y una revisión de tacto rectal. No obstante, el tacto rectal que tanto pudor da a algunos hombres podría llegar a su fin.
Realmente, si lo que buscamos es una detección precoz, el tacto rectal no es del todo útil. Esto es lo que señala un equipo de médicos alemanes que ha presentado sus hallazgos en el Congreso Anual de la Asociación Europea de Urología celebrado en Milán.
En su análisis, en el que estudiaron a lo largo de cinco años a más de 46.000 hombres de 45 años, detectaron que el tacto rectal da un resultado negativo en el 99% de los casos. Sin embargo, con el PSA a los 45 años se llegaron a diagnosticar cuatro veces más casos de cáncer de próstata.
El ensayo, que recibe el nombre de PROBASE, se realizó entre el 2014 y el 2019, haciéndole a la mitad de los hombres de 45 años un PSA al comenzar el estudio y a la otra mitad un tacto rectal que, a los cinco años, cuando cumpliesen 50, se les haría un PSA. No obstante, a lo largo de los cinco años todos los hombres estuvieron en seguimiento médico.
Los expertos creen que el tacto rectal falla en la detección del cáncer, sobre todo cuando los hombres son jóvenes, porque los cambios del tejido de la próstata son muy leves como para poder apreciarlos a través del tacto. También porque con en etapas tempranas, el cáncer no tiene ni el tamaño ni la rigidez para ser palpable.