Hay muchos estudios que prueban que el café es bueno para la salud y eso, en un país como España, donde se consumen bastante más de 20 millones de tazas de café al año siempre es una buena noticia. Hasta ahí todo bien. La parte mala es que, para expertos como Aitor Sánchez, autor de '¿Qué pasa con la nutrición?', la mayoría de esos estudios consideran una pequeña, blanca y humeante taza de café, es decir un compuesto de comprobadas propiedades antiinflamatorias, antifibroticas y antioxidantes... pero no a sus acompañantes.
Porque muchas personas acompañan el café con azúcar. Y no necesariamente agregándoselo al propio café. Hay costumbres muy españolas como la de acompañar la infusión con churros o porras, cuya masa no lleva azúcar, pero que solemos recubrir con ella con bastante soltura. Por no hablar de las grasas saturadas que se encuentran en el aceite.
Aitor Sánchez estuvo en la Cadena Ser y habló, precisamente, de que cuando los españoles beben café muchas veces se "dan un tiro en el pie" al acompañarlo de azúcares. "Es cierto que nos estamos sacudiendo de la larga tradición de café 'torrefacto' [con azúcar agregada en la tostación, lo que le otorgaba un sabor característico] pero lo cierto es que solemos acompañarlo de pequeños dulces" ha asegurado el autor.
Además, refiriéndose a las constantes informaciones sobre las bondades del café, ha advertido: "Muchas veces comunicamos las noticias con muy buena intención, pero hay que ponerla en contexto. Un estudio te puede decir que el café es una buena bebida, pero luego sueltas eso en un entorno real en nuestras ciudades, y es otra cosa", asegura.
En conclusión, sí, el café contiene antioxidantes y polifenoles, pero en cuanto a sus "acompañantes", mejor ir con precaución.