Michael J. Fox nunca tuvo tiempo de hacer drama. Su carrera entró en declive hacia finales de los 90, cuando el párkinson ya estaba tan avanzado en él que era imposible seguir ocultándolo. El actor tenía 37 años. Paradójicamente, es en parte gracias a eso, que todas las películas que podemos recordar de Michael J. Fox son optimistas. Es un actor que siempre va a alegrarnos desde la pantalla. Y esa es la idea subyace en el título del documental que se estrena el 12 de mayo en +Apple TV: 'Still, a Michael J Fox Movie'. Porque es, en efecto, como una película de Michael J Fox.
Por eso, sin ánimo de disfrazar ninguna verdad sobre la enfermedad -"no voy a mentir, es difícil, y se está poniendo cada vez más difícil", ha dicho el propio actor- queremos rescatar esos momentos en los que el actor hace gala de coraje, valentía y sentido del humor. Como cuando recibió el Oscar honorífico y ante los aplausos interminables de los invitados les dijo: "Gracias, me hacéis temblar".
Hay muchas frases a rescatar de, nos vamos a quedar con esta: “Reconozco lo difícil que es esto para las personas y reconozco lo difícil que es para mí, pero he encontrado en mí los recursos que me permiten lidiar con estas cosas y me doy cuenta, con gratitud, de que el optimismo es sostenible. Si puedes encontrar algo por lo que estar agradecido, entonces encuentras un objetivo y simplemente continúas”.
Por eso te dejamos aquí algunas de las lecciones que podrás encontrar en el documental:
Lo que podemos ver en la cinta es a un Michael J Fox más honesto que nunca respecto a los padecimientos que causa el párkinson: para un actor ya la simple aparición pública es una declaración. Más aún en su caso, ya que los cambios físicos son muy visibles y los temblores propios de la enfermedad incontrolables. Pero el nunca ha dudado en mostrarse. Tal vez tengo que ver con el hecho de que al ser diagnosticado en la cima de su carera, en 1991, el actor lo ocultó durante siete años y recurrió a las pastillas (y al alcohol) para mantenerse a flote.
Fue en 1998 que todo eso cambió, no solo habló de su enfermedad sino que se entregó a un activismo que no ha parado hasta hoy.
Una segunda lección a rescatar del documental es la importancia de la familia. El protagonista del éxito televisivo ochentero 'Enredos de familia', debe saber de eso. La serie iba a sobre una pareja de hippies en edad madura cuyo hijo (Fox) era un republicano empedernido. Mucho que ver con la aceptación de las diferencias y de lo inevitable. Fue precisamente en el rodaje de esa serie que Fox conocería a Tracy Pollan, su esposa y compañera con la que ha construido una familia de cuatro hijos que se convierten en los otros protagonistas de la película, llena de referencias al entorno doméstico y al día a día del actor. La compañía de nuestros seres queridos es, queda claro, lo más importante para sobrellevarlo.
Es cierto que el parkinson no es igual para todos y que depende mucho del contexto vital, no se lleva de la misma manera siendo una estrella de cine que un ciudadano de a pie. Pero una clave importante es la creatividad que se puede generar o mantener en casi cualquier circunstancia. En el caso del actor, mientras sus síntomas aún se lo permitieron intentó seguir haciendo comedia, incluso de su propia condición: 'El show de Michael J Fox' (2013) fue su última producción televisiva y en ella interpretó a un presentador de televisión con parkinson que al verse obligado a retirarse volvía loca a su familia. Cero condescendencia. Por supuesto, la serie trataba de la vuelta al trabajo de alguien que padece la enfermedad.
Otra de las lecciones de la cinta es la idea de que contar lo que nos pasa puede ser útil para los demás. El actor nunca ha dejado de ofrecer todo tipo de testimonios, en entregas de premios, en entrevistas, conferencias, reencuentros con sus coprotagonistas, libros como 'Hombre afortunado' o 'Aventuras de un eterno optimista' o sus memorias 'No hay mejor momento que el futuro'.
Finalmente vemos en el documental a un ser humano en toda su complejidad, pero también, es inevitable, al actor de comedias que nos marcaron a muchos. Es conmovedor ver cómo Fox mantiene su sentido del humor y su vitalidad a lo largo de estos años. Así que, como no hay mejor manera de sobrellevar los padecimientos que distraernos con películas (y afortunadamente hoy las tenemo a nuestro alcance allí donde nos encontremos) te recomendamos una maratón de 'Regreso al futuro' , que nunca viene mal. Aunque hay otros clásicos ochenteros del actor, como 'Teen Wolf', 'El secreto de mi éxito' o 'Doc Hollywood' que pueden hacer de cualquier día con párkinson un día mejor.