Dormir en pareja puede ser bonito al inicio de una relación, en la etapa más efervescente del enamoramiento, pero cuando ya llevas unos cuantos años compartiendo colchón sabes de las manías del otro, de lo que no soportas. Otros en cambio no hay ni ronquido que se les ponga por delante y les da igual compartir cama. La cuestión es ¿y si dormir en pareja tuviese efectos negativos para nuestra salud? ¿Es mejor dormir en camas o habitaciones separadas? Lo analizamos.
Uno de los efectos que lleva a dormir separados son los ronquidos, ya que cuando uno de los dos ronca limita el descanso del otro y, por tanto, también su salud y su estado de ánimo, incluso afecta a la propia relación. No solo eso, en ocasiones puede que ninguno haga escándalo mientras duerme, pero que uno sea una persona inquieta que no para de moverse pese a estar durmiendo, molestando a quien está a su lado.
Además, para tener un buen descanso la temperatura es esencial, lo estamos viviendo estos días en plena ola de calor sofocante con noches que rozan los 30º. ¿Qué pasa? Que cuando compartimos colchón la temperatura tiende a ser más alta, lo que dificulta el sueño, por lo que dormir en camas o habitaciones separadas podría convertirse en una alternativa que incluso, en ocasiones, puede mejorar las experiencias sexuales en pareja.
El llamado divorcio de camas puede ser bueno para la pareja, especialmente cuando los horarios de la pareja tienen cierta incompatibilidad, no siempre tienen que despertarse a la misma hora. Por eso, para evitar ruidos y molestias sobre el otro, dormir en camas separadas puede hacer que ese posible motivo de discusión nunca llegue.
No obstante, no todos lo ven con tan buenos ojos y se mantienen cautos ante el divorcio de camas. Es el caso de la psicóloga Lara Ferreiro, que explicaba a Uppers que “es muy mala señal. Si te divorcias de cama, puede haber divorcio en papel. Casi siempre ocurre en parejas de larga duración. El divorcio de camas suele ser un divorcio de vidas. Se da más en personas en torno a los 60 años”. Y recalca que esto es, sobre todo, cuando no solo duermen en camas separadas, sino también en habitaciones distintas.
Sin embargo, también cree que puede darse la vuelta a la tortilla porque “algunas parejas se han dado cuenta de que las relaciones sexuales no solo se tienen que reducir a la noche, pueden mejorarlas si ambos aceptan con normalidad la situación”. Y otros expertos, además, añaden que esto ayuda a oxigenar la relación, a echarse de menos y a valorar más a la otra persona, eso sí, habiendo dormido mejor.