La menopausia ha sido durante décadas uno de los grandes temas tabú de la sociedad. Un tema del que los hombres han hecho oídos sordos y que la mayoría de las mujeres han vivido en silencio y soledad por asociar su llegada al comienzo de la vejez y el fin de la sexualidad femenina. Un concepto que poco a poco comienza a cambiar y del que cada vez se habla más y de forma más abierta para entender mejor qué es la menopausia y cómo afecta a las mujeres maduras, especialmente entre los 45 y los 55 años, cuando aparece en el 90% de las mujeres.
Este periodo de la vida es para muchas mujeres una etapa complicada porque se enfrentan a ella con poca información, algo que un grupo de expertas quiere combatir con el libro ‘Señoras. Una guía integral de la salud en la menopausia’ (Arpa Práctica). Se trata de un libro sobre el climaterio en el que se unen cuatro expertas en diferentes ámbitos para dar una visión más amplia y precisa sobre la menopausia y la revolución que supone para las mujeres, Elena del Estal, farmacéutica y dietista-nutricionista; Alberta Mª Fabris, ginecóloga; Adriana F. Caamaño, psicóloga y sexóloga; y Tania R. Manglano, fisioterapeuta y osteópata.
Conocer qué es la menopausia es clave porque muchas mujeres, pasados los 40, achacan cualquier signo a este proceso. “Muchas se enfrentan a ella con miedo y no saben interpretar los síntomas, pero con información la experiencia se entiende y se puede vivir con más optimismo”, explica Alberta Mª Fabris.
A este discurso añade Elena del Estal que el que se hable cada vez más de ello “es un buen signo”, pero que se necesita hablar más para poder “dejar de lado el miedo y las creencias limitantes sobre esta etapa”, ya que lo que le llega a la mayoría de las mujeres es información negativa “relacionada con la enfermedad o el declive de la vida”.
Poco a poco parece que se empieza a hablar más de la menopausia, sobre todo entre amigas que comparten sus propias experiencias enriqueciéndose unas a otras, lo que muchas llaman la revolución de las mujeres maduras, y lo hacen con naturalidad. Según Adriana F. Caamaño, el feminismo ha sido clave para que comience este cambio de tendencia para “poder tener más información, alternativas y naturalizar esta etapa. Hace tiempo que las mujeres han empezado a quitar sus abanicos con mucho orgullo”.
Además, la psicóloga y sexóloga señala un matiz importante si se vive en pareja: la comunicación. “Es esencial y un síntoma de salud y buen trato. Lo que no se visibiliza no existe, y nombrarlo con naturalidad nos permite normalizarlo y que haya diversidad de discursos”, expone.
Aquí entra el desinterés, con sus excepciones, del mundo masculino por “los cambios, efectos y bondades que existen en esta etapa” para las mujeres, cuenta Caamaño. El mundo cambia, pero siempre ha estado dominado por los hombres que, ante algo que no les afecta, al menos directamente, han acabado invisibilizando este proceso. En ese mismo sentido, del Estal sostiene que “cuanto más hablamos las mujeres de ello y nos adueñamos de nuestro proceso, es más fácil que llegue a los hombres, pero otra cosa es que quieran mostrar interés por esta etapa”.
Lo que sí clarifica la sexóloga es que si hay un tema sobre la menopausia que sí que ocupa el interés de los hombres es el de las relaciones sexuales. “Es uno de los grandes mitos de la menopausia, parece que la lívido se esfuma por arte de magia. A veces hay algo hormonal, pero en muchos casos la ausencia de deseo es el refugio de relaciones poco placenteras o de falta de cuidado de la pareja”, sostiene Adriana F. Caamaño.
Aunque ha sido en los últimos años cuando se ha visibilizado la menopausia, ha sido un camino largo desde hace décadas en el que cada logro era igual de importante. “Antes ni se hablaba ni se nombraba, claramente era un tabú como casi todos los procesos y etapas de la salud de las mujeres, que estaban invisibilizadas”, indica Tania R. Manglano. La osteópata también sostiene que “hace 40 años no existía prácticamente la posibilidad de elegir si ser o no madre, de trabajar por tu autonomía financiera. Muchos derechos de salud reproductiva llegaron después”.
A la par, Caamaño establece cómo la cultura en la que todos hemos crecido le ha dado “mucho valor a la fertilidad, y bajo ese paraguas las mujeres en menopausia han estado cadentes de valor social” y vuelve a poner en valor el feminismo que ha ido nutriendo a diferentes generaciones, clave “en los derechos reproductivos y sexuales y en el empoderamiento de las mujeres, que ha permitido que muchas mujeres vivan la menopausia con naturalidad”.
La fisioterapeuta concluye analizando como el cuerpo de la mujer siempre “ha sido visto como lo raro, lo carente, con un claro sesgo de la medicina para no investigar y estudiar qué nos afectaba”. Un relato que ha ido cambiando, pero aún queda mucho por conocer y saber sobre la menopausia desde “las propias que la vivimos y atravesamos”.