Los medicamentos son, sin lugar a duda, la salvación de muchos para determinadas dolencias. Sin embargo, hay que recordar siempre que hay que tomarlos con precaución. Si bien unos los podemos conseguir sin receta médica, siempre bajo las recomendaciones del farmacéutico y del prospecto, para otros necesitamos prescripción y seguir las indicaciones de nuestro médico. Ante el alza del consumo de medicamentos, ha crecido un 12’8% respecto a antes de la pandemia, saber cómo tomarlos y cuáles no son compatibles es necesario para evitar correr cualquier tipo de riesgo.
Si se siguen las recomendaciones médicas no tiene por qué haber peligro alguno, pero sí que se debe saber que hay determinadas mezclas farmacológicas que podrían ser perjudiciales. Esto es lo que se conoce como interacción medicamentosa, “una rección entre dos o más medicamentos o entre un medicamento y un alimento, una bebida o un suplemento”, según el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos.
Esto puede llegar a ser peligroso porque, entre las consecuencias de hacer mezclas peligrosas está la disminución, o aumento, de la acción del propio fármaco sobre nuestro organismo, pero también efectos secundarios adversos, normalmente los indicados en el prospecto, o casos graves que podrían provocar la muerte.
En especial hay que ser precavidos con ansiolíticos o antidepresivos y su interacción con otros medicamentos, especialmente desde que España se ha colocado como uno de los países en los que más se consumen este tipo de fármacos. Por ejemplo, un estudio señaló que no se deberían mezclar los antidepresivos con antiinflamatorios como el ibuprofeno, muy recurrente en los botiquines de toda España, por el riesgo de hemorragia intracraneal.
Además, cuando se toman ansiolíticos para la depresión o la ansiedad se debe tener en cuenta que los relajantes musculares pueden ser peligrosos, al igual que los medicamentos opioides, pues son combinaciones farmacológicas que afectan al sistema respiratorio dificultando la respiración y llegando a provocar la muerte en casos graves. De esta manera, la recomendación principal es seguir las indicaciones médicas para buscar una alternativa segura.
Por su parte, aquellas personas que toman por prescripción médica anticoagulantes deben estar atentos si en algún momento necesitan un analgésico con ácido acetilsalicílico, ya que puede provocar un mayor riesgo de hemorragia.
Está claro que hay personas que tienen un mayor riesgo que otras, especialmente las personas mayores si padecen alguna dolencia crónica que les obliga a tomar una medicación a diaria. Por eso mismo son los que más cuidado deben tener a la hora de combinar cualquier tipo de fármacos y, ante la mínima duda, consultar a su médico para estar completamente seguro y no correr riesgos.