¿Se te pegan las sábanas? Posponer la alarma no es tan malo para la salud como pensabas

Divisiones que nos separan hay muchas más que la tortilla con o sin cebolla. Por ejemplo, nada más despertarnos hay quien al sonar el despertador se levanta como un resorte y otros que se ponen varias y van posponiendo el levantarse hasta que ya no queda otro remedio. Hasta el momento eso de posponer la alarma parecía que era perjudicial para nuestra salud según diversos estudios, pero una nueva investigación parece que lo desmonta y darle al botón de ‘posponer’ puede mejorar nuestro rendimiento cognitivo.

Según un estudio recientemente publicado en el Journal of Sleep Research que encuestó a unos 1.700 adultos de los que un 69% afirmaron presionar el botón de posponer o configurarla para que suene varias veces.

¿Mejor posponer la alarma?

Por promedio, las personas que indicaron que retrasan la alarma pasan durmiendo unos 22 minutos después del primer sonido, individuos más propensos a ser noctámbulos y que suelen dormir menos tiempo. No obstante, además de estos datos también realizaron un experimento con 31 personas en las que descubrieron como posponer la alarma mejoraba el desempeño cognitivo de algunos de ellos. Pese a este hallazgo no detectaron ningún tipo de cambio en su estado de ánimo o el sueño que sentían una vez se despertaban.

“Dormitar durante media hora por la mañana no tiene ningún efecto negativo importante sobre el sueño o sobre el cansancio que siente uno al despertar”, explicó la psicóloga de la Universidad de Estocolmo y autora principal del estudio, Tina Sundelin.

Ayuda a estar más alerta

Además, también apuntó que para “aquellos que tienen sueño por la mañana, como las personas nocturnas, y descubren que dormir les ayuda a despertarse, el estudio muestra que en realidad pueden estar objetivamente más alerta después de dormir, incluso si no sienten más o menos sueño”.

Lo ideal realmente sería que el reloj biológico esté sincronizado con la alarma que ponemos para despertarnos y que, cuando suene, el propio cuerpo active los mecanismos necesarios que nos ayudan a despertarnos. En todo caso, los investigadores no dan nada por seguro, pero valoran que estos hallazgos sirvan para poder siguir investigando sobre el sueño.