Integrar plantas en la decoración de nuestro hogar y, en concreto, del dormitorio se ha convertido en una práctica cada vez más popular por la serenidad y frescura que aportan cualquier espacio, haciéndolo mucho más personal y único. Y es que a los seres humanos nos encanta aquello de personalizar nuestros espacios, y ahí un componente más de querer poner plantas en nuestra casa.
No obstante, la elección de tener vegetación donde descansamos plantea preguntas importantes sobre los beneficios y las consideraciones prácticas de tal decisión. Cabe preguntarse sobre la idoneidad de los distintos tipos de plantas si las queremos poner en el dormitorio, cuáles son las especies adecuadas para distintas situaciones de nuestra casa y la mejor forma de introducir plantas en nuestro hogar, para aquellos que buscan invitar a la naturaleza a sus habitaciones.
La ciencia nos dice que las plantas pueden purificar el aire al filtrar toxinas y emitir oxígeno, lo que mejora la calidad del aire que respiramos. Además, contribuyen a un ambiente más relajante y, potencialmente, a un sueño más reparador. Plantas como el aloe vera liberan oxígeno por la noche, mejorando la calidad del aire mientras dormimos. Otras, como la lavanda, tienen un aroma que se asocia con la disminución de los niveles de estrés y la promoción del sueño.
Eso sí, la selección de plantas para un dormitorio debe basarse en las condiciones específicas de la vivienda. En hogares con poca luz natural, por ejemplo, plantas como el potos y la sansevieria son opciones más que indicadas, ya que no requieren de mucha luz solar directa para prosperar. Para aquellos con mascotas, es crucial escoger plantas no tóxicas como la palmera areca o la calathea para evitar cualquier riesgo para la salud de los animales. Las casas con aire seco pueden beneficiarse de la presencia de plantas que prefieren la humedad, como el helecho Boston, aunque estas requerirán riego y cuidados adicionales para mantener su entorno húmedo.
Más allá de las preferencias personales, algunas plantas son especialmente adecuadas para el entorno del dormitorio. El ficus benjamina, por ejemplo, es un purificador de aire versátil que se adapta bien a diferentes niveles de iluminación, mientras que el espatífilo, o lirio de la paz, es conocido por su capacidad para filtrar toxinas y mejorar la humedad del aire. Estas plantas no solo benefician la calidad del aire, sino que también añaden un toque de verde que puede ser visualmente relajante y energizante.
Seguir a rajatabla los cuidado indicados y adecuados para cada tipo de planta es fundamental para mantener la vitalidad del ‘verde” que coloquemos en el dormitorio. El riego debe ajustarse a las necesidades específicas de cada planta, evitando tanto el exceso como la falta de agua, ya que ambos extremos de la ecuación son igualmente negativos. La ubicación en que posicionemos la planta es otro factor crítico; la mayoría de las plantas prefieren la luz solar indirecta y pueden sufrir si se colocan en un lugar demasiado oscuro o demasiado brillante. Además, también es importante mantener una temperatura ambiente consistente, sin olvidarnos de que proporcionar fertilizante durante la temporada de crecimiento de nuestra queridas plantas las ayudará a prosperar y crecer fuertes y sanas.
Incorporar plantas en nuestro dormitorio no solo es una decisión relativa a la estética de nuestro hogar, sino también una elección importante que puede tener efectos positivos en nuestro bienestar general. Al seleccionar las plantas correctas y, después, ser capaces de proporcionarles los cuidados necesarios, podemos crear un espacio de descanso que se convierta en un verdadero refugio natural. Ya sea que busquemos mejorar la calidad del aire, reducir el estrés o simplemente añadir belleza a tu entorno, las plantas de interior son una adición valiosa y además saludable para cualquier dormitorio. Con consideración y un poco de cuidado, nuestro dormitorio puede convertirse en un espacio lleno de vida y tranquilidad que nos de energía desde el justo momento en que abrimos los ojos por la mañana.